Al ritmo de Manu Trigueros y de Dani Parejo, excepcionales en el Coliseum Alfonso Pérez, el Villarreal firmó un partido excelso con el que superó al Getafe (1-3).

El cuadro de Unai Emery dio una lección de fútbol sobre el césped del campo del Getafe. Consiguió eliminar todas las armas mortíferas de uno de los equipos más incómodos del campeonato con la calidad de casi todos sus futbolistas, que superaron la intensidad de los hombres de José Bordalás.

El toque del Villarreal y su juego pausado que atravesó constantemente las líneas de presión del Getafe, obligaría a Bordalás a cambiar sus piezas a la media hora, cuando ya perdía 1-2. El elegido para salir del campo por Ángel Rodríguez fue Cabaco, que mostró la imagen del Getafe, la de la desesperación. Su pelotazo enfadado dirigido hacia la grada fue un símbolo de lo que le ocurría a su equipo.