Mateo Míguez controla un balón en presencia de Keko Gontán. | // CARLOS PARDELLAS

El Coruxo desafió al Deportivo sin dar síntomas de amilanarse ante la empresa y estuvo cerca de rascar algo positivo de su visita a Riazor. Un gol de José Antonio Lara, centrocampista cedido por el Sevilla, a los diez minutos del segundo acto, y las intervenciones de Carlos Abad le dierona la tercera victoria de la temporada (1-0 ante el Coruxo) a un Deportivo justo de juego, que sigue buscándole el tono a Segunda B, pero que suma diez puntos de doce posibles. El Coruxo sigue acusando su preocupante falta de gol. Aún no ha sido capaz de marcar en los cuatro partidos que se han disputado hasta el momento y le está sacando muy poco partido a su notable comportamiento en los partidos. Sin acierto, y a veces sin remate, está condenado a sufrir.

Desde el comienzo del partido y pese a que no parecía que ese iba a ser el plan del partido, el equipo coruñés tuvo problemas para encontrar espacios en un Coruxo bien plantado, que tapó líneas de pase, combinó y se acercó al área blanquiazul con dos disparos lejanos, uno de Mateo Míguez, antes del cuarto de hora, y un intento de vaselina de Antón de Vicente, superada la media hora de juego, que no comprometieron al portero deportivista, Carlos Abad, pero que al menos fueron dando una idea de que el cuadro de Míchel Alonso acudía a Riazor con la intención de generarle problemas a los de Fernando Vázquez. Porque el Coruxo tuvo más gusto con la pelota, más orden. Le faltó también una pizca de atrevimiento para ir con algo más de alegría hacia la portería de un Deportivo que parece convencido de que mantener su puerta a cero (solo han encajado un gol en los cuatro partidos disputados hasta el momento) es esencial para conseguir su objetivo.

El equipo coruñés encontró en los estertores del primer acto el ritmo de juego que buscaba. Entre el larguero y el portero evitaron que acabara en el fondo de la red un disparo de falta de Keko Gontán a seis minutos para el descanso en su mejor opción en la primera entrega.

El Deportivo mejoró de salida en el segundo tiempo y encontró el gol a los diez minutos de la reanudación en una jugada larga que acabó con la asistencia del costarricense Celso Borges para que el sevillista José Antonio Lara superara a Alberto Domínguez con un disparo cruzado. En esos pequeños detalles es donde muchas veces se esconde la clave de una temporada.

El Coruxo dispuso a continuación ocasiones para empatar, pero se encontró con las intervenciones de Carlos Abad y perdonó un cabezazo de Jairo, libre de marca y en el área pequeña, cuando quedaban poco más de veinte minutos. Esa fue la mejor opción del equipo de Míchel Alonso que no dejó de intentarlo. Con el Deportivo más expectante aguardando en su campo, el equipo de O Vao insistió aunque le faltaron ideas para romper la buena defensa coruñesa. Llegó el pitido final del partido y el conjunto de Fernando Vázquez respiraba mientra los vigueses, más allá de su buen partido en Riazor, lamentaban la falta esa falta de gol que les tiene en estos momentos en la última posición de su grupo de la Segunda División B. Con cuatro jornadas disputadas, ya se ha consumido casi un cuarto de la primera fase de esta extraña temporada. La reacción se ha convertido en una obligación para los verdes.