Imola fue el séptimo cielo para Mercedes y para Lewis Hamilton. En un circuito de la vieja escuela, que llevaba 14 años fuera de la Fórmula 1, a cien kilómetros del centro neurálgico de Ferrari, la escudería alemana volvió a conquistar el campeonato de constructores y tiene a tiro el de pilotos. El séxtuple campeón del mundo se impuso en el Gran Premio de Emilia Romaña, decimotercera prueba del campeonato y Mercedes firmó un nuevo doblete, esta vez por el infortunio del neerlandés Max Verstappen (Red Bull), que iba segundo cuando un reventón le sacó de carrera.

La novena victoria de Hamilton en trece pruebas deja su séptimo título casi resuelto. Será campeón en la siguiente prueba del Mundial por séptima vez si su compañero de equipo, el finlandés Valtteri Bottas, no le saca más de siete puntos.

En Imola, escenario del trágico GP de San Marino de 1994 que se llevó al brasileño Ayton Senna y el austriaco Roland Ratzenberger y también de las batallas entre el español Fernando Alonso y el alemán Michael Schumacher, la Fórmula 1 regresó con una carrera emocionante al principio y al final y con varios giros de guion.

Bottas no falló en la salida a pesar de que sus estadísticas no eran demasiado halagüeñas, con solo una victoria en las tres ‘poles’ anteriores esta temporada, un dato que acabó empeorando en el GP de Emilia Romaña. El finlandés defendió su posición y se vio beneficiado por el mal inicio de Hamilton, que además perdió la segunda plaza en beneficio de Max Verstappen, que le tomó el interior.

Los dos Mercedes y Verstappen fueron los únicos que acabaron la calificación con medios; el resto del top-10 lo hicieron con blandos, entre ellos, el español Carlos Sainz. Del trío de cabeza, Verstappen también apostó por los duros, mientras que Hamilton avisaba al equipo de que no quería parar. Sí lo hizo Bottas para cubrirse y ahí empezó a alejarse de la victoria.

Hamilton, con ritmo, empezó a firmar vueltas rápidas. Con razón no quería parar. Por detrás, a Bottas le comunicaron por radio que tenía daños en el fondo plano por haberse llevado por delante una pieza de un Ferrari. El finlandés ralentizó la carrera y contuvo a Verstappen mientras el líder del Mundial y de la prueba agrandaba su ventaja.

Mercedes pidió a Hamilton aplazar su parada para meter blandos y algo similar hizo el mexicano ‘Checo’ Pérez, que había ganado posiciones con una carrera de ritmo constante y alargando el cambio de gomas. Ocon, compañero de Fernando Alonso la próxima temporada, se quedó fuera en la vuelta 29 por problemas mecánicos y ese fue el otro giro del destino que favoreció a Hamilton, que acababa de marcar vuelta (1:17.502).

Hubo un safety car virtual, muy corto, pero suficiente para que el británico entrara a cambiar neumáticos. Le vino como anillo al dedo. Puso gomas duras para asegurar. La victoria ya estaba en su mano.

Carlos Sainz, en la décima plaza, sentía la amenaza de Vettel. Pero Ferrari tuvo problemas al colocar el neumático derecho. El madrileño ganó posiciones en los estertores de la carrera de Imola, aunque no tantas como habría querido, y acabó séptimo.