El dominio de Mercedes esta temporada no tiene límite y en Imola (Italia) no fue diferente, al menos en la calificación para el Gran Premio de Emilia Romaña que hoy supondrá, salvo hecatombe de las flechas de plata, su séptimo Mundial de constructores consecutivo, algo que ningún otro equipo ha podido lograr.

La escudería alemana, lejos del palmarés de Ferrari (dieciséis campeonatos) cuenta con una renta de 209 puntos respecto a Red Bull y le basta que uno de sus pilotos acabe entre los cuatro primeros (12 puntos).

El coronavirus y los cambios en el Mundial posibilitaron a la Fórmula 1 recuperar un circuito clásico, en donde la categoría reina no competía desde 2006. Para complicarlo un poco más, el programa de la competición se redujo. Fueron eliminadas las dos prácticas del viernes y solo hubo una sesión libre hora y media antes de la calificación. Bottas se llevó la ‘pole’ por una décima sobre Hamilton. Detrás de ellos, el Red Bull de Verstappen, que tuvo contratiempos inesperados en la Q2.

Los pilotos asumen que en la carrera de hoy, a 63 vueltas, será complicado adelantar. Dispondrán de una zona de DRS antes de la primera curva tras la recta de meta que se ha alargado desde la anterior visita de la F1, en 2006, al haberse suprimido una chicane. Imola es estrecho y los límites de pista serán, como en Portugal, un quebradero de cabeza.