Primoz Roglic es un ciclista al que no queda más remedio que amar. Es necesario entregarse a su coraje, a su cambio de ritmo y, sobre todo, a su hambre de victoria. Nunca se rinde, nunca se entrega y hasta parece que no tenga alma y solo un bloque de cemento en el cerebro, el que le dice “ataca, ataca” y le repite, tal como reconoce el corredor esloveno tras su victoria en Moncalvillo, más allá de los viñedos de la Rioja, “es bueno recuperar tiempo, pero yo estoy aquí para ganar”. Y no queda duda. Si no gana la Vuelta, costará mucho que se la arrebaten.

Bien que lo sabe el jersey rojo, Richard Carapaz. ¡Qué duelo viven los dos en el último kilómetro de la subida! Parecen dos titanes, parece que ellos dos se disputan la Vuelta y los demás miran para comprobar quién de los dos es el más fuerte. No lo queda otro remedio a Enric Mas, tras haberle preparado los compañeros del Movistar el terreno para un ataque que no llega. Quiere pero no puede el corredor mallorquín, arropado por todos los suyos, principalmente Alejandro Valverde.

Quiere porque no puede y porque Moncalvillo, cima inédita en la historia de la carrera, es un tesoro escondido, carretera estrecha donde ni puedes aparcar el coche si desciende un camión de la organización. Sencillamente tienes que esperar a que pase, con paciencia, entre pasos canadienses que la organización ha tapado para que ninguna rueda de bici se atasque y un corredor se dé un leñazo de consideración.

Pruebas

Van atacando, o mejor dicho lo van probando, todos aquellos que no se llaman Roglic o Carapaz. “Ha sido un mano a mano precioso”, reconoce el líder de la carrera, un Carapaz que cruza la línea de meta en segunda posición, un Carapaz que no solo no se rinde sino que quiere más y como Roglic, lo que desea, es ganar la Vuelta. Pero solo uno de ellos lo conseguirá. ¿El resto? Cada vez más difícil, a no ser que alguno organiza una revolución en toda regla, a muchos kilómetros de la meta, en alguna de las etapas que todavía están por venir, y son muchas.

Pero qué kilómetro final, qué obsequio para los ojos, qué arte ciclista; sin duda, de lo mejor del año. Ataca Carapaz, contrarresta Roglic, ¿quién es el más fuerte? Hasta parece que esté en juego algo más que demostrar que uno saldrá vencedor y el otro vencido. Porque, de hecho, lo que quieren dejar claro es quién de ellos es el corredor más espectacular. Y allí es donde vence Roglic, porque su último cambio de ritmo pone la piel de gallina, para dejar claro que ha valido la pena esperar paciente el descenso del camión por Moncalvillo para vivir su victoria en directo.

Y hasta parece que esto no haya hecho más que empezar, en un monte riojano, menos frío que las montañas de días pasados, y que merece que regrese la Vuelta y hasta debería hacerlo el Tour si la Rioja y sus vinos no estuvieran tan lejos de Francia.

La Vuelta se encamina hacia Asturias y Galicia donde acabará por decidirse. Cuatro corredores están en el mismo minuto. Carapaz y Roglic parecen los más fuertes pero Martin y Carthy (otro británico con pretensiones como Tao Geoghedan que viene de ganar el Giro) le rondan. Ojo al cansancio porque se está corriendo muy deprisa.

Carapaz: “La carrera está muy abierta”

El ecuatoriano Richard Carapaz (Ineos), líder de la Vuelta, admitió tras ser superado por el esloveno Primoz Roglic en la cima de Moncalvillo que el esloveno “está muy fuerte y la carrera muy abierta”. “Al final hemos visto un duelo muy bonito y la conclusión es que hemos visto que Roglic está muy fuerte y que la carrera muy abierta”, dijo Carapaz en la meta riojana Roglic y Carapaz protagonizaron un precioso duelo en los últimos kilómetros, con ataques entre ellos, demostrando que son los grandes candidatos a la camiseta roja en Madrid. Esta vez el ganador de la Vuelta 2019 se mostró superior. “Ataqué intentando el triunfo de etapa, pero luego Roglic arrancó fuerte y no lo pude soportar, tuve que regular mi ritmo y aguantar como pude hasta meta”. Ante el próximo fin de semana en Asturias y la contrarreloj en tierras gallegas, el líder de la Vuelta no quiso hacer cálculo alguno, pero si subrayó que la carrera está abierta. “La Vuelta está abierta, hay igualdad y yo de momento sigo en la pelea y es cuestión ahora de ir día a día”. Por su parte, el Movistar volvió a demostrar en la octava etapa que es el mejor conjunto de la Vuelta 2020, el primero en la clasificación por equipos, pero está casi descarado para el triunfo final ante la perdida de tiempo de sus líderes, que en la subida al Moncalvillo volvieron a perder opciones.