Nunca en la historia del ciclismo dos corredores habían llegado a la última etapa de una carrera de tres semanas, llámese Giro, Tour o Vuelta, empatados a tiempo. Las diferencias sí habían sido mínimas, en muchos casos, pero nunca solo separados por unas pocas centésimas. Si el australiano Jai Hindley partió de la contrarreloj final del Giro 2020 con la maglia rosa, al acabar, en una etapa ganada por Filippo Ganna (vencedor de las tres cronos de la ronda italiana, Pello Bilbao, quinto de la general), la prenda pasó al británico Tao Geoghegan Hart, con un nombre tan complicado de pronunciar o escribir, como talento atesora este joven valor de la escuela inglesa de ciclismo.

Se da la circunstancia que ni Geoghegan ni Hindley llegaron al Giro ni con ánimo de ganarlo, ni de pelear por la victoria, ni siquiera con la intención de luchar por una etapa, ya que ambos formaban parte de dos escuadras que partieron hace tres semanas de Palermo con la clara intención de conseguir el triunfo final pero con dos corredores preprogramados de principio: el galés Geraint Thomas por parte del Ineos y el neerlandés Wilco Kelderman por el Sunweb.

Con 25 años forma parte del nuevo elenco de corredores que este año ha dado el salto a la fama. Su nombre no llegaba precedido del contexto de joven estrella destinada a conseguir cualquier reto que se propusiera, como fue el caso de Tadej Pogacar en el Tour, tres años menor que el británico. Pero el Ineos, antes Sky, siempre lo tuvo en un lugar destacado, siempre lo cuidó y lo trató con mimo porque sabían que era un corredor que podía lograr grandes hazañas.

Y por esta razón Nico Portal, a quien se podría considerar como su descubridor, su mentor y su consejero, se lo llevó a Andorra, más por cuestión deportiva que tributaria, porque allí residía el técnico francés y porque allí estaba el año pasado el denominado núcleo fuerte de jóvenes valores del equipo, con Egan Bernal a la cabeza, con quien Tao hizo muy buenas migas. Portal alquiló un local para convertirlo en centro de reunión del equipo, con fisioterapeutas y mecánicos.

Pero todo se vino abajo, en febrero, antes del confinamiento. Portal, el técnico y el mentor, con apenas 40 años, sufrió un infarto fulminante mientras estaba en su casa. Fue un terrible mazazo para Geoghegan Hart y para todo el equipo, incluido Chris Froome, con quien el técnico francés también mantenía una gran amistad. Y ahora, casi de forma inesperada, después del fracaso en el Tour y al margen de lo que Richard Caparaz pueda hacer en la Vuelta que ya lidera, la escuadra británica se ha encontrado con un Giro en el bolsillo casi de forma inesperada.