Fernando Alonso protagonizó ayer su reestreno en la Fórmula 1 con la prueba del Renault RS20 en el Circuit de Barcelona-Catalunya. Fue la primera vez que se subía a un monoplaza de F-1 desde el test que hizo en Baréin en el 2019 a los mandos de un McLaren. El asturiano, que ha firmado un contrato de tres años (2+1 opcional) con la escudería francesa para correr a partir del 2021, tuvo su primera toma de contacto en uno de los filming day del equipo.

El filming day nació como una jornada de promoción, pero actualmente se utiliza también para trabajar en la puesta a punto del coche. La prueba, que tiene que ser aprobada por la FIA, no puede superar los cien kilómetros -en este caso, unas 20 vueltas- y se usan neumáticos de demostración que no se utilizan en los grandes premios.

El escenario del reestreno de Fernando Alonso fue el mismo, precisamente, que en su primer test con el Benetton-Renault hace 20 años. La jornada empezó sobre las 10.00 horas. Salió a la pista para realizar sus primeras vueltas, que sirvieron para poner a punto el coche y los parámetros para que se sintiera más cómodo. A las 14.00 horas, Renault comunicó que daba por concluida una jornada que se prolongó por espacio de casi cuatro horas.

Como dato anecdótico hay que señalar que Alonso lució un casco muy diferente al que llevaba habitualmente antes cuando corría en F-1, más parecido al usado estos dos últimos años. El equipo, sin embargo, ya se adelantó a las preguntas al asegurar que "el casco que llevará el año que viene será muy diferente, aunque este nos ha encantado".

"Aunque únicamente hayan sido 100 kilómetros, fueron muy especiales. Me han servido para volver a disfrutar de la conducción de un Fórmula 1. Por la velocidad a la que suceden las cosas, el paso por curva, la potencia de las frenadas, la aceleración? También estoy muy contento por estar con el equipo, que ha sido mi familia durante tantos años. Ha sido emocionante", explicó Alonso tras el test.