Si la pandemia o una eventual dimisión del presidente del Barça no lo evitan, habrá plebiscito sobre su continuidad. La moción de censura contra Josep Maria Bartomeu alcanzó ayer las 16.521 firmas validadas para forzar el referéndum, que se tendría de celebrar antes del 2 de noviembre. Su presidencia ha entrado en una cuenta atrás.

Después de que el martes el recuento se situara a menos de mil papeletas de las necesarias era evidente que, con 3.715 papeletas por revisar, los impulsores de esta iniciativa lograrían ayer el objetivo. Cuando aún quedan 942 por analizar ya han alcanzado las 18.090 firmas, doblando casi las 9.145 obtenidas por Oriol Giralt contra Joan Laporta en el 2008. Y eso que, a diferencia de lo ocurrido hace 12 años, los críticos con la junta no pudieron cosechar adhesiones en día de partido y tuvieron que hacerlo en medio de una pandemia, con todo en contra.

"Muchas gracias a todos los que lo habéis hecho posible, del primero al último. Ahora a redondear la cifra y votar en masa", exclamó March Duch, portavoz de Més que una Moció. "Ahora depende del presidente Bartomeu que no perdamos ni un día más para comenzar la reconstrucción del club", señaló Víctor Font.

La cuestión previa, no obstante, es conocer si Bartomeu y su junta deciden en una reunión de la semana próxima chutar el balón adelante y esperar el resultado del referéndum o, por el contrario, presentan la dimisión. No resulta fácil saber qué va a hacer Bartomeu, y si estima que puede galvanizar una corriente de opinión que parece muy contraria.

Si opta por jugarse su futuro en el referéndum, el primer domingo de noviembre es la fecha que más se ha barajado. A partir de ahora la junta tiene un plazo no inferior a 10 días hábiles ni superior a veinte para convocar la votación. Para que la censura prospere se precisa un 66% de los votos y una participación mínima del 10 % de socios.