El trabajo y el esfuerzo tienen premio. Paula Badosa y Pablo Carreño encontraron ayer en Roland Garros la recompensa con su clasificación entre los 16 mejores tenistas que se jugarán el título la próxima semana.

La tenista catalana, nacida en Nueva York, se ganó por primera vez su pase a unos octavos de final de un Grand Slam al eliminar a la lituana Jelena Ostapenko, campeona en el 2017 ( 6-4 y 6-3). Carreño lo logró por segunda en París al ganar el duelo fratricida con Roberto Bautista (6-4, 6-3, 5-7 y 6-4).

Badosa y Carreño se ganaron su plaza junto a Rafael Nadal, que hoy jugará ante el joven tenista estadounidense Sebastian Korda (213 mundial), y Garbiñe Muguruza si supera su partido aplazado por la lluvia ante Danielle Collins. Y, mientras Novak Djokovic mantuvo su marcha triunfal, solo frenado por la lluvia que obligó a parar el partido para cerrar el techo, y deshacerse del colombiano Daniel Galán (155 mundial) por 6-0, 6-3, y 6-2.

Por una vez en mucho tiempo Badosa pudo llorar de alegría tras eliminar a Ostapenko. Por su cabeza debieron pasar muchos recuerdos y sufrimiento de cuando hace un par de años llegó a pensar en dejar el tenis. No lo hizo. Se puso a trabajar con Xabier Budó que la llevó de la mano en su recuperación tenística hasta hace solo unas semanas cuando, tras alcanzar las semifinales en Estambul, la tenista anunció a través de sus redes sociales que habían roto su compromiso. "Necesitaba un cambio", explicó tras anunciar que el extenista Javier Martí iba a ser su nuevo entrenador.

Badosa se deshizo de una rival que conocía muy bien en sus años júnior, cuando la tenista catalana conquistó el título de la categoría en Roland Garros 2015. Badosa se enfrentará por una plaza en cuartos de final con la alemana Laura Siegesmund (66 mundial).

Carreño no se emocionó por su victoria como Badosa. El tenista asturiano, de 29 años y 18 mundial, se siente capaz de todo, tras alcanzar hace unas semanas las semifinales del Abierto de EEUU, donde cayó ante Zverev. Ayer valoraba la lección que supuso. "Apendí que puedo competir contra cualquiera. Tengo nivel para estar ahí". Carreño jugará con el alemán Daniel Altmeier (186 mundial). Roberto Carballés, con molestias estomacales, abandonó cuando perdía con Dimitrov por 6-1 y 6-3.