Después del tercer partido liguero, el Madrid de Zidane ya ha dejado claro que sigue siendo un equipo serio y trabajado, que controla los partidos, pero también que le sigue costando resolver en ataque con una inspiración de la que no va sobrado. Eso fue el equipo blanco ante un más que digno Valladolid, que convirtió a Courtois en uno de los destacados de un partido espeso que resolvió Vinicius. El atacante brasileño, momentos después de entrar al campo, recogió en las inmediaciones del área pequeña un balón rechazado que convirtió en el único gol del partido.

En el día de la vuelta frustrada de Hazard a una convocatoria, recuperado de la operación de tobillo con la que terminó la temporada pasada, en la lista el martes y con una lesión muscular a la mañana siguiente que le va a dejar entre tres o cuatro semanas de baja, Zidane repitió con Jovic en ataque junto a Benzema. El delantero serbio generó en un cuarto de hora una llegada que terminó con un disparo peligroso de Valverde y falló la mejor ocasión blanca con un remate claro y mal ejecutado. Tuvo algo de presencia en el área rival antes de irse al banquillo.

En su intención anual de cumplir con su palabra de que todos van a tener oportunidades, como la temporada pasada hasta la derrota de Mallorca, las rotaciones de Zidane son tan constantes como impredecibles. Ante el Valladolid le tocó el turno a los laterales, con titularidad de Odriozola y de Marcelo y la demostración de que están lejos del nivel de sus respectivos titulares. La otra novedad fue la inclusión de Isco como cuarto centrocampista, en esa posición que ha venido ocupando sin demasiado éxito Odegaard, y el equipo respondió con un juego fluido, con constante movilidad y apoyos entre los centrocampistas, pero el dominio no fue muy dañino.

El Valladolid respondió con su habitual despliegue defensivo, intenso y rocoso, y con sus intentos tan meritorios como frustrados de atacar, con unos problemas para hacer gol impropios para el juego que despliega.

Después de la mejor ocasión del Valladolid, en un contragolpe en el que la defensa blanca reculó hasta su punto de penalti, Zidane cambió la morfología del equipo con la entrada de Asensio y Vinicius, el equipo avanzó líneas y forzó el error pucelano. Desapareció la ansiedad blanca con el marcador a favor. Pasó a buscar con descaro un contragolpe y le dio vida a un Valladolid que tuvo ocasiones para empatar.

Resultados: Villarreal, 3-Alavés, 1; Eibar, 0-Elche, 1.