El Sevilla afronta sin complejos su primer partido oficial de la temporada con la ilusión de sumar un nuevo título, el de la Supercopa de Europa, pero para ello deberá superar esta noche en Budapest al potente Bayern de Múnich, vigente campeón de la Liga de Campeones y de la Bundesliga y que inició este curso el torneo doméstico con un contundente 8-0 ante el Schalke 04.

Así, el Puskas Arena, con una capacidad que supera las 60.000 localidades, estará abierto en un treinta por ciento de su aforo y la UEFA facilitó a cada club contendiente 3.000 entradas, de las que el Sevilla ha hecho uso de medio millar y el Bayern de unas dos mil, todo debido a los inconvenientes y al recelo por los viajes y estrictos protocolos sanitarios exigidos.

En el plano deportivo, el conjunto andaluz llega a esta Supercopa con poco más de dos semanas de pretemporada, periodo en el que ha disputado tres amistosos con formatos atípicos, uno ante el Levante y dos frente al Athetic Club.