Manu Garrido reina en los fogones como en el río. El palista del Kayak Tudense, medallista mundial en la disciplina de maratón, se dedica en secano a la restauración y de su pericia ha dado fe un paladar real, el de Felipe VI. Garrido fue el encargado del catering durante la visita que el monarca efectuó ayer a la Comandancia Naval del Miño.

El piragüista lleva casi una década alternando su carrera deportiva con la gestión de la tapería "La de Manu", el local que posee en Tui junto a su esposa, la cocinera Lara Bouzada. Garrido es además barista de café y ha competido en certámenes internacionales de esta especialidad.

El comandante naval Juan Díaz le comentó hace casi dos meses que quería contratar sus servicios culinarios para un acto "especial". Algunas semanas después le revelaría a Garrido que se trataba de la visita de Felipe VI, en el primer acto oficial de su agenda tras las vacaciones.

Garrido y su equipo confeccionaron ayer un picoteo con jamón, empanada de zamburiñas, crujiente de langostinos, tostas de salmón ahumado, croquetas de marisco... Las autoridades los degustaron durante una hora y media. Los responsables de protocolo le hicieron saber al rey que Garrido era deportista. "Habló conmigo, me preguntó por lo que hacía, los entrenamientos... Nos dijo además que había quedado encantado con la comida. Todos estamos orgullosos", comenta el palista, que no tiene citas deportivas hasta el próximo año tras el aplazamiento de la temporada.