"Lo peor no es no poder empezar la liga, es no saber cuándo empezará o si de hecho podremos comenzarla. Y esto supondrá, no la desaparición del Iberconsa Amfiv como club, pero muy probablemente la desaparición, salvo milagro, del Iberconsa Amfiv como equipo de la División de Honor de baloncesto en silla de ruedas". Así de inquieto y pesimista se declara el presidente del club vigués, José Antonio Beiro. La falta de una respuesta adecuada a la situación generada por la pandemia se puede llevar por delante dos décadas del Amfiv en la élite, incluyendo un título europeo.

Son varias las reuniones que los clubes de baloncesto en silla de ruedas han mantenido con diversas instituciones, desde el Consejo Superior de Deportes hasta la FEDDF pasando por la autoridades comunitarias y locales. "La única certeza es que no hay certezas", resumen en el club.

"Siento impotencia", confiesa Beiro. Si maneja la retirada del equipo de la máxima categoría es por lo poco que ha podido conocerse: "Dudo enormemente que podamos hacer frente económicamente a las exigencias de los protocolos del CSD que, a modo de borrador, nos han hecho llegar. Ese borrador plantea, entre otras muchas cosas que vemos de difícil cumplimiento, la obligación de la realización de test PCR a nuestra plantilla 72 horas antes de cada partido y 50 PCR aleatorios no anunciados durante la temporada, cosa totalmente inviable para nosotros. En el mejor de los casos rondaría el coste de unos 36.000 euros. Si el CSD sigue manteniendo esa obligación, tendremos que renunciar a competir en la División de Honor asumiendo todas las consecuencias. Conllevaría empezar la siguiente temporada, o dentro de dos, en la última categoría del baloncesto en silla nacional".

En una reunión de los clubes en mayo se planteó el objetivo de iniciar la liga en el último fin de semana de octubre. "Tal y como está la cosa, a día de hoy lo veo complicado", comenta el dirigente. El Amfiv es uno de los clubes que en una nueva reunión, la semana pasada, ha planteado retrasar ese arranque hasta finales de noviembre. La unanimidad entre los clubes se ha roto. Beiro pide decisiones a la FEDDF, pero duda de que la federación responda. La situación institucional se ha complicado con la dimisión en junio de la Comisión Nacional de Baloncesto en Silla. "La planificación de la nueva temporada está siendo caótica", denuncia Beiro y menciona como ejemplos: "No sabemos lo que nos costarán los arbitrajes de la liga y ni siquiera si Fundación ONCE sigue como patrocinador oficial de la competición".