Óscar García, entrenador del Celta de Vigo, admitió, tras la derrota de su equipo ante el Levante (2-3), que su equipo está "mal" pero también advirtió que "no hay tiempo para lamentarse" porque el próximo domingo tienen una final ante el Espanyol.

"Es un día triste y duro. En esta situación nos hemos metido nosotros mismos. El domingo tenemos que tener carácter y dejar los miedos atrás. Hemos estado mal, hay que reconocerlo. No podemos estar lamentándonos", comentó.

Afirmó que el vestuario está "dolido" porque dejaron pasar una nueva oportunidad de sellar matemáticamente su permanencia en LaLiga: "Tenemos que ser profesionales y ser valiente. Si ganamos al Espanyol, somos equipo de Primera".

Achacó el cambio del centrocampista Okay Yokuslu a una decisión técnica porque "nos estaba costando llegar a las presiones, estábamos saliendo mal a apretar", e insistió en que "si en tres o cuatro ocasiones que te llegan te marcan tres goles, es muy difícil ganar en Primera".