El Barcelona se mantiene en la pelea por el título gracias a un solitario gol, firmado por Arturo Vidal en el inicio de la primera mitad, ante un Real Valladolid que, como suele ser habitual, plantó cara, se mostró atrevido y mereció puntuar.

No tardó en llegar el gol, también desde una jugada iniciada por Semedo, que combinó con Messi para que este encontrara a Vidal, quien la enganchó con un buen remate, ajustándolo al palo e impidiendo que el meta local pudiera hacer nada para detenerlo. Mas ese tanto no frenó la intensidad de los de Quique Setién.

Solo cuatro minutos después, Griezmann tuvo en sus botas un gol cantado, pero golpeó mal la pelota y salió fuera. Un fallo difícil de explicar en un jugador de la calidad y experiencia del delantero francés que permitió que el Real Valladolid siguiera con vida y con ganas de lucha.

Eso sí, no tuvo demasiadas ocasiones para alcanzar el área azulgrana y tan solo Guardiola intentó sorprender a Ter Stegen desde fuera del área, pero su lanzamiento no llevó peligro. Eso, sin embargo, no frenó a los vallisoletanos, que pudieron empatar el encuentro a falta de siete minutos para el descanso por Kike Pérez.

El Real Valladolid quería competir. Kike Pérez volvió a mostrar su desparpajo y dispuso de una magnífica oportunidad para igualar el choque, con un disparo que, al entrar en carrera, terminó saliendo desviado. El conjunto local se volcó para tratar de sacar algo positivo. Ünal también lo intentaba, aunque con remates poco potentes ante los que el meta alemán no tuvo problemas. Fueron momentos de control del Real Valladolid, de mucha intensidad, pero cuando esta bajaba, el Barça volvía a la carga.

Eso sí, Masip no tuvo que preocuparse, porque el único remate del cuadro azulgrana en esa fase de control local se produjo de falta directa, con Messi como protagonista. Y estuvo atento para detenerlo.