Magic Johnson, Muhammad Ali, Artur Ashe, Andrés Iniesta... Grandes deportistas golpeados por la enfermedad han decidido dar un paso adelante para contribuir a concienciar sobre sus dolencias. Como quiere hacer Juan Carlos Unzué, que ha anunciado este jueves que sufre ELA.

Uno de los primeros casos conocidos de ELA fue Lou Gehrig, que había ganado seis veces la liga de béisbol norteamericana con los New York Yankees. Después de 2.130 partidos seguidos, el 2 de mayo de 1939 se perdió un encuentro. Un mes después le diagnosticaron esa enfermedad por entonces poco conocida que pasó a ser conocida en EEUU como la enfermedad de Lou Gehrig. Dos años después falleció y al siguiente se estrenó 'El orgullo de los yankees', con Gary Cooper en el papel de Gehrig y nominada a una decena de Óscars, que contribuyó a dar a que esta enfermedad degenerativa fuera conocida mundialmente.

Hace 28 años, el mundo del deporte se quedaba en 'shock' después de que Magic anunciara que se retiraba porque tenía el virus del sida. Uno de los mejores jugadores de básquet de todos los tiempos explicó que a partir de entonces aprovecharía su proyección pública para convertirse en un portavoz en la lucha contra esta enfermedad. El genial base de los Lakers contribuyó a normalizarla al disputar los Juegos Olímpicos de Barcelona al año siguiente y aparcar su retirada para disputar 32 partidos más en la NBA en 1996. Cinco meses después de que Magic rompiera el tabú, otra leyenda del deporte norteamericano desveló que tenía sida. Ashe, primer tenista negro en ganar Wimbledon, explicó que se había contagiado durante una operación cuatro años antes. "Ahora voy a intentar ayudar a Magic en su lucha contra esta enfermedad con el mismo interés que luché en el pasado por otras causas", sentenció. Ali, que como Ashe había sido un símbolo de la lucha contra el racismo, libró su combate más largo contra el parkinson. Leyenda del deporte e icono político y social global peleó contra el parkinson 32 años y unió a su larga lista de labores solidarias la concienciación sobre este ámbito desde el Muhammad Ali Parkinson Center, que fundó en 1997.

Severiano Ballesteros, Tito Vilanova, Johan Cruyff, Eric Abidal, Martina Navratilova, Lance Armstrong... la lista de deportistas famosos que han tenido que hacer frente al cáncer es extensa. Antes de perder por doping sus siete Tours, el ciclista norteamericano llenó el mundo de Livestrong, unas pulseras amarillas para recaudar fondos en la investigación contra el cáncer. Un cáncer de pulmón se llevó a Cruyff hace cuatro años. Muchos recordarán el anuncio contra el tabaco que el técnico del Dream Team protagonizó después de haber sido operado a corazón abierto en 1991 tras sufrir una insuficiencia coronaria en fase aguda.

El estigma de la depresión

Pero mientras que muchos deportistas han hablado abiertamente del cáncer, la depresión, como la mayoría de enfermedades mentales, muchas veces se combate en silencio por temor al estigma social. "Soy el portero de la selección alemana, no puedo ir a una clínica", le decía Robert Enke, exportero del Barça, a su mujer cuando esta le insistía en que buscar ayuda médica para quitarse esa somba de encima. Demasiado a menudo, periodistas, aficionados y técnicos vemos a los deportistas como máquinas, como piezas intercambiables que, a la primera que no funcionan, tiramos a la basura. "Tengo miedo al qué dirán, a la prensa, a la mirada de la gente", escribía Enke en su diario; una reflexión que recoge Ronald Reng en 'Una vida demasiado corta', biografía de ese arquero, azotado por las depresiones y que se suicidó en 2009 cuando, a los 32 años, iba a ser el titular de Alemania en el Mundial-2010. Su muerte conmocionó al mundo del deporte y desde entonces varias estrellas que lo han hecho público que han transitado por la sombría carretera de la depresión. "Soportar la presión es muy duro. Perdí hasta el deseo de ganar. Hasta se me olvidó lo que era disfrutar de la bici", cuenta Valverde en el documental 'Un año de arcoíris' donde revela que, tras ser campeón del mundo de ciclismo, le daba hasta miedo circular por carreteras por las que había pasado miles de veces. "Todo se rompió en mil pedazos hace unos meses porque me empezaste a dar miedo", le decía a la pelota de básquet Abrines en un video en el que explicaba la ansiedad que sentía cada vez que se acercaba a una cancha de baloncesto y que le llevó a dejar la NBA, antes de recuperar la sonrisa en Barça.

Iniesta ha relatado también cómo fue su partido con este rival en 'La jugada de mi vida', biografía escrita con la colaboración de los deportistas Marcos López y Ramon Besa, y en el documental 'El héroe inesperado'. "Tú te crees que eso solo les ocurre ha los demás hasta que te pasa a ti. Y a mí me pasó". Este es el mensaje que él, Ali, Magic y tantos otros han querido lanzar al hacer públicos sus duelos personales para lograr victorias colectivas.