"Es el mejor atleta gallego de todos los tiempos", se repite en estas horas. Una aseveración que sostiene su currículo: tres Juegos Olímpicos, incontables presencias mundiales, una docena de títulos nacionales en pista y cross, récords aún no superados... La tabla de equivalencias de la IAFF lo apuntala como hecho irrefutable gracias a sus 2.07:54 en el maratón de Rotterdam de 1997. Pero es también una sensación en la piel y el corazón de los que lo conocen y admiran.
"He recibido con una enorme tristeza, sorpresa y consternación la noticia", confiesa el presidente de la Federación Gallega, Isidoro Hornillos, respecto al estado de salud del vigués. "La figura deportiva de Alejandro Gómez trasciende la frontera del atletismo, convirtiéndose en uno de los referentes históricos del deporte gallego y español. Si al extraordinario bagaje de resultados deportivos que ha conseguido, y que le sitúan en uno de los referentes del fondo español de todos los tiempos, le añadimos la entereza de la que está haciendo gala, tras la confirmación de la peor de las previsiones de esa enfermedad, su dimensión deportiva y personal lo convierten en un modelo social", ensalza Hornillos , que lo cataloga como "protagonista de una de las más grandiosas proezas que un ser humano puede realizar. Mi admiración y reconocimiento hacia este gran hombre".
Pero el gran hombre fue antes un chiquillo que galopaba al viento junto a otros como él, aunque en realidad por delante. Uno de aquellos primeros compañeros fue Carlos Adán; de 1967, como Gómez, y miembro de una extraordinaria cosecha que incluyó a otros como Carlos de la Torre y José Ramón Rey. "Convivimos mucho y compartimos mucho tiempo de entrenamiento", recuerda Adán de cuando ambos eran discípulos de Julio Rodríguez. Adán confirma sin un atisbo de duda: "Él estaba un peldaño por encima de todos. Siempre he dicho que Alejandro Gómez es el mejor atleta gallego de todos los tiempos con diferencia, en mi modesta opinión".
Aún impactado por su estado terminal, Adán lo elogia: "La forma en que lo afronta es admirable, de quitarse el sombrero. Yo no sé cómo reaccionaría en ese supuesto. Creo que los atletas y los deportistas estamos hechos de otra pasta. Tanto sufrimiento en los entrenamientos y competiciones nos permite afrontar los problemas con un prisma distinto a la gente normal".
Pero Alejandro Gómez, además de discípulo y compañero, ha ejercido también como inspiración para muchos niños que se acercaron al atletismo por el rumor de sus glorias. "Es el mejor atleta gallego de la historia y uno de los mejores españoles. No queda ninguna duda. Su currículo es impresionante. Nadie ha disputado tantos Mundiales. Y solo dos atletas en Galicia han participado en tres Juegos Olímpicos, Carlos Pérez y él. Empezó a destacar desde chaval. Ya era internacional absoluto en cross siendo júnior. Se retiró con casi 40 años siendo todavía internacional. Su nivel está fuera de toda duda", sostiene David Gómez. "Él y Julia Vaquero eran el ejemplo a seguir cuando yo era niño. Aunque no por las carreras de fondo, sí tiré por el atletismo y me sirvieron de referente en esa época, cuando los dos estaban en la cúspide".
El decatleta no podía suponer que varios años después compartirían grupo de trabajo a las órdenes de Suso Lence. "Él ya se estaba retirando, aunque aún intentaba volver a reengancharse. Quería ponerse en forma, tenía problemas de tiroides en aquel momento y estaba buscando la medicación adecuada. Algunas días podía entrenar mejor y peor en otros, pero nunca era suficiente para él. Siempre lo hacía al cien por cien. Yo tenía 25 años, él me parecía un señor entrenando a atletismo y me pareció impresionante".
"¡Qué pena tan grande!", se lamenta Santi Pérez, otro olímpico, marchador en su caso. "Alejandro fue el líder de una generación maravillosa, con Adán, Julia Vaquero o Estela Estevez, que nos demostró a los que veníamos un poco por detrás que si le poníamos trabajo, ilusión y ganas, el mundo podía ser nuestro; que no había que temer a nadie. Al igual que había hecho Alejandro, se podía correr de tú a tú con los mejores".
"En la Federación Española, siempre que se habla de enormes talentos para correr, los expertos destacan a dos: Alejandro Gómez y Reyes Estévez", revela Santi Pérez. "Las marcas que lograron siendo aún unos niños son realmente estratosféricas. Sinceramente creo que Alejandro es el mejor atleta gallego de la historia, asumiendo que aquí ha habido algunos muy grandes, como Álvarez Salgado, Carlos Pérez o Andrés Díaz. Pero nadie con tanto talento y tanta facilidad para correr como él".
