* Alejandro Gómez quiso compartir con FARO, en junio del 2020, su diagnóstico médico. Hoy, 31 de enero, más de medio año después, se ha producido el fatal desenlace. Este es el reportaje publicado entonces. Descanse en paz.

Alejandro Gómez siempre fue especial, diferente. Un talento único para el deporte, una personalidad extraordinaria en la vida. Nunca perdió una ocasión de demostrarlo, ni tan siquiera en el duro trance por el que atraviesa en este momento y que ha puesto a prueba su entereza. Hace unos pocos días y de forma repetina, al legendario atleta gallego se le diagnosticó un tumor en el cerebro que no ofrece posibilidad de ser operado y que reducía al máximo su esperanza de vida.

Por expreso deseo del deportista y de su familia, Alejandro Gómez quiere que se conozca su caso y que todos aquellos que compartieron con él su vida o admiraron en la distancia sus inmensos logros deportivos sean conscientes de la situación en la que se encuentra. Lo hace sin comparecerse ni lamentarse en exceso, afrontando la situación con ejemplar entereza y tratando de dar un ejemplo a los que siempre le consideraron un referente o a quienes buscan en el deporte modelos a los que imitar en la vida.

Alejandro Gómez, que podría regresar a su casa a mediados de esta semana, lleva unos días ingresado en el hospital Alvaro Cunqueiro de Vigo debido a la rápida evolución de la enfermedad y desde allí se refiere a esta situación con una sobriedad que impresiona pese a las limitaciones que le empieza a generar su grave dolencia. En este proceso destaca la importancia y el apoyo que están suponiendo Paula, su pareja desde hace quince años; su familia, su grupo de fieles amigos; y Delfina Vicente, la psicóloga que le ha acompañado durante buena parte de su vida.

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El atleta Alejandro Gómez se apaga

El hombre al que apodaron el "Galgo de Zamáns" asegura no vivir con angustia este momento y agradece la ayuda de la psicóloga "porque me ha dado las pautas a seguir. Me ha ayudado a ordenar mi interior, a tranquilizarme. No puedo pelear yo solo en esta batalla y en los días complicados ha sido de enorme ayuda para llegar lo mejor posible al día final".

Impresionan Alejandro Gómez y su entorno más próximo por la manera de encarar una situación que ninguno sabe hasta dónde les va a llevar exactamente. El atleta también vuelve la vista atrás, a su obra como deportista, a su pasado. Lo hace orgulloso y convencido de que "siempre hice lo que debía en cada momento. Es posible que hiciese algunas correcciones, como cualquiera, pero me siento feliz con la mayoría de las cosas que me han pasado o que he sacado adelante. No siento que me he quedado sin nada que hacer".

Una pregunta complicada, el modo en que le gustaría que la gente le recordase en ese futuro que nadie sabe cuándo se va a producir: "Que la gente me recuerde como la buena persona que fuí". De esto último dan buena fe en los últimos años las personas que compartieron sus pasiones: el atletismo, los perros (ambas fusionadas en el canicross), el fútbol, las chicas a las que preparaba físicamente en la UD Mos y que ayer conocieron la situación por la que está pasando quien ha sido su amigo, su colaborador y su inspiración. Y es que en el deporte Alejandro Gómez considera que está la clave para afrontar de la mejor manera cualquier situación vital: "El deporte son ganas de convencer, de ilusionar, de transmitir...y ayuda a cualquier deportista a que pueda elegir el camino que quiera seguir en la vida". Ese camino, sus últimos kilómetros, los recorre Alejandro Gómez estos días sin renunciar a esa personalidad que ha sido su sello de autenticidad. Siempre dando la cara, como cuando saltaba a la pista y se sentía capaz de enfrentarse y vencer a cualquiera.