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fútbol

Un Choco con alma de kraken

Júbilo en Redondela por su equipo juvenil, que asciende a División de Honor por primera vez en su historia

Jugadores y miembros del cuerpo técnico celebran en el vestuario una de las victorias de la temporada.

Cuando Alberto Suárez, entrenador del equipo juvenil del Choco, cogió su teléfono móvil el pasado miércoles por la tarde, había recibido más de cien mensajes de enhorabuena y celebración. La Federación Española de Fútbol ha dado por concluida la temporada en esas edades, sin ascensos pero con ascensos a División de Honor. El conjunto redondelano, cuarto en su grupo de Liga Nacional pero segundo a efectos prácticos, militará por primera vez en su historia en la máxima categoría. "Estamos muy felices. Nos hubiera gustado conseguirlo habiendo disputado todas las jornadas, pero estábamos en esa posición por méritos propios", destaca el presidente, Iván Crespo. El júbilo alcanza por igual a adolescentes que a veteranos. "Llevamos toda la vida esperando por esto, desde que en 1953 se fundó el club", exclama Manuel Conde, Manolo para el siglo, el delegado.

Manolo es alma y prócer del deporte redondelano a través de Casa Paco, que regenta. Como jugador se retiró en el Choco en 1971 para trabajar en el restaurante familiar, que desde 1977 nombra y sostiene esa entidad de formación. Y jugó en el equipo juvenil del Choco en 1967, compartiendo vestuario con un Benito Rubiñán al que después ficharía el Real Madrid. "Es que siempre tuvimos fama en Redondela de criar buenos jugadores, como Couñago, Mateo o Pelayo. Pero era el Chapela o la SAR de balonmano los que habían llegado más alto. O Marcos Serrano en ciclismo. Ascender a División de Honor era una cosa que estaba loco por conseguir", confiesa.

Manolo, desde que se jubiló del restaurante en 2015, ejerce como delegado del juvenil. "Pero no es por viajar a Santander o Oviedo con los chicos; lo que más me ilusiona es que se diga que esos equipos vendrán a Santa Mariña. Y es un aliciente para todos los que trabajamos con la base y para los chicos".

La chiquillada está exultante, especialmente los miembros del equipo. El estado de alarma lo había congelado en la cuarta posición del grupo gallego de Liga Nacional, con 46 puntos, por detrás de Celta (62), Deportivo (54)y Pabellón Ourense (49). Ya que célticos y deportivistas son segundos equipos, con sus mayores en División de Honor, el ascenso debía corresponder a ourensanos y redondelanos en caso de producirse. Completar la temporada se antojó imposible con el paso de los días. Pero nadie podía anticipar qué resolvería la Federación Española. "No teníamos ni idea", reconoce Alberto Suárez. "De lo que se escuchaban rumores y más se hablaba era de Segunda B o Tercera. Juvenil quedaba en segundo plano. La incertidumbre era total. Tampoco era algo en lo que gastásemos energías. No dependía de nosotros. Ser cuartos a esas alturas de la temporada ya había sido alucinante; que viniese lo que tuviese que venir".

La Federación Española colgó el miércoles la propuesta de la Comisión de Presidentes, que aún tendrá que aprobar la Junta Directiva y la Comisión Delegada. Un simple trámite. Con todo, había que leer la resolución y su aplicación en juveniles... "Al principio dudas", admite el entrenador. "Tienes que leer un comunicado y estamos acostumbrados a celebrar las cosas sobre el campo". "¿Entonces subimos o no?", preguntaba uno de sus futbolistas. Suárez relata: "Dos horas más tarde la gente se lo empezó a creer y los chavales soltaron esa tensión de no saber qué iba a pasar después del trabajo hecho".

La gesta adquiere una dimensión incluso superior en la descripción de su génesis. Doce jugadores subieron al equipo sénior o abandonar el Choco, tras completar su ciclo formativo, el pasado verano. Suárez y sus compañeros en el cuerpo técnico, entre los que se cuenta Pablo Couñago además de Hugo Álvarez, incorporaron entre otros a cinco jugadores sin experiencia en Liga Nacional Juvenil. Iván Crespo recuerda que al Choco "le había costado asentarse en Liga Nacional después de ejercer como equipo ascensor. Ahora llevábamos algunos años en la zona media-alta". En todo caso, los rojos no figuraban entre la media docena de candidatos al ascenso.

Suárez empezó a sospechar que algo maravilloso se avecinaba durante los entrenamientos de pretemporada. "Estábamos encantados, pero no sabíamos el nivel real en competición. Empezamos la Liga y en las siete primeras jornadas logramos seis victorias y un empate. Nos dimos cuenta de que podríamos estar arriba, aunque otros tuviesen a priori mayor nivel individual. A nivel de estilo hemos sido similares al sénior, buscando ser protagonistas con la pelota, y en la mayoría de partidos lo conseguimos. La gente ha disfrutado viendo jugar a estos chicos". El técnico recalca: "Me hubiera gustado que los ascensos fueran en el campo. Pero si quieren que los haya, en el momento en que finalizó la competición éramos cuartos".

En el vestuario, aunque sea en su versión de redes sociales, se está de fiesta pese a que algunos de sus inquilinos, los que cumplen su tercer año juvenil, no vayan a poder disfrutar de la conquista. "En otra situación, si el club hubiese estado más temporadas en División de Honor, no lo hubiesen celebrado tanto ni estarían tan contentos, El hecho de ser algo histórico para el Choco y para Redondela influye en que estén tan orgullosos. Tenían muchas ganas de conseguirlo. Ha sido un éxito, que ninguno de los que formamos parte olvidaremos nunca", se emociona Suárez.

Porque el mérito se extiende a toda la estructura del Choco y las generaciones que los precedieron, tanto sobre el césped como en los banquillos y despachos. Suárez revela: "Me he acordado mucho de Marcos Montes. Este ascenso es la culminación perfecta del trabajo que él empezó y que en la base fue espectacular". El presidente concuerda : "Los protagonistas han sido estos 22 jugadores y este cuerpo técnico, pero el trabajo viene de más atrás. El ascenso no es la consecución de solo este año. Otra gente participó y hubo que tomar decisiones, desde Marcos a Michi. Todos hemos remado de abajo hacia arriba".

A Iván Crespo le queda el pesar de cómo ha afectado la cancelación a otros conjuntos de la sociedad. Los mayores, quintos en Tercera, peleaban por el play off de ascenso igual que el Juvenil B y el Cadete A. El Cadete B era segundo, también el Infantil B y el Benjamín A estaba casi ascendido. "La temporada estaba llegando a su momento más culmen. Podía ser histórica o quedarse en nada. Nos queda esa duda y ese sabor agridulce".

El dirigente esperará ahora a saber cómo se recompone la División de Honor Juvenil, con el incremento de equipos. La Comisión de Presidentes de la Federación Española recomienda que los campeonatos juveniles no excedan las treinta jornadas de duración. "Queremos saber el desarrollo de competición. Costará evidentemente cubrir el presupuesto. Pero con la ilusión que hay, creemos que hay que realizar ese esfuerzo". Porque "recibir a equipos como el Sporting o el Racing de Santander será un premio para toda la base", proclama Suárez y Crespo acota: "Y al Celta, que jugará la Youth League".

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