Ni siquiera el valiente y notable encuentro del Viña Albali Valdepeñas, capaz de manejar el marcador durante diez minutos, ni tres goles de Chino alteraron la hegemonía actual del Barça, ganador de los últimos cinco títulos nacionales disputados, el más reciente ayer la Copa de España 2020 como un campeón incontestable, que resurgió al 0-1 y a un gran adversario para devorar otro trofeo (3-4).

El triunfo tiene un mérito enorme del conjunto azulgrana, que cumplió con los pronósticos, pero con una exigencia que en algún momento le llevó al límite, con todas las dudas que le provocó la revelación de esta temporada; un equipo, el Viña Albali Valdepeñas, que desafío la lógica con un encuentro de altísimo nivel.

Un partido trepidante que exigió una ofensiva total del Barça en el inicio del segundo periodo, hasta que empató por medio de Adolfo, que conectó en el área un saque de esquina (1-1, m. 22).

No marcó ninguno de los goles, pero el protagonismo del portero azulgrana Juanjo fue otra vez estelar. Lo fue en cuartos y en las semifinales. Y aún más en la final, con un puñado de paradas determinantes

Sin él, probablemente, no habría sido posible el triunfo del Barça, que se proclama campeón y mantiene su hegemonía.