Quique Setién ha relatado a EL PERIÓDICO cómo vivió la llamada del Barça para ficharlo sustituyendo a Ernesto Valverde a mediados de enero pasado.

"Sí, estaba con las vacas cuando me llamaron. Estaba en Santander y tenía que hacer un recado urgente antes de salir para Bilbao donde cogía el avión ese lunes por la tarde camino de Barcelona. Lo hice y luego me estaba esperando un amigo para llevarme al aeropuerto. Incluso en ese trayecto todavía no lo tenía claro. Y cuando llegué a Barcelona seguía sin tenerlo ía claro. No estaba preparado.

Es verdad que mucha gente me decía que sí, que sí, que sí podía ser el entrenador del Barça. Pero yo no me veía. ¿Por qué? ¿Yo qué he hecho para estar aquí. Te pones a analizar la situación y piensas: '¿Qué currículum tengo yo? Sé que muchas decisiones a la hora de fichar a un entrenador vienen motivada por una serie de cuestiones que no son solo futbolísticas. He tenido muchísimos entrenadores que no se adaptaban al equipo al que iban a entrenar ni tampoco a la idea que tenía el club originalmente.

Pero sin embargo van. ¿Por qué? Porque tienen un nombre y por unos temas políticos. Al final, a mí me fichan por unas ideas. Ha sido una decisión realmente deportiva. Y no política. De alguien que se identifica con el ADN de este club y con los futbolistas que tiene. Si mañana, por poner, un ejemplo, el Eibar me llama sería incapaz de hacer el trabajo extraordinario que está haciendo Mendilibar. Mi mentalidad no esta acorde con eso.

Quizá muchos clubs me habrían firmado, pero solamente porque tengo un nombre. ¿Qué pensaba en esa hora de vuelo entre Bilbao y Barcelona? Muchas cosas, muchas... No os podéis ni imaginar las circunstancias que han tenido que pasar. ¿Cuales? No, no las voy a explicar.

"Una vida emocionante"

Pero han tenido que pasar muchas. Había de carácter futbolístico y también de tipo personal. No voy a decir todas esas cosas que han debido ocurrir para que yo esté en el Barça. Cuatro días antes de fichar estaba con un billete de avión en la mano para irme a otro sitio. ¿El Betis? No, no diré nada ahora. Algún día quizá sí. parece que se alinearon los astros para que yo estuviese aquí. Hay muchas, muchas, muchas cosas. En su día, en su día lo diré. No, no es el momento aún.

Hace tiempo ya le dije a mi mujer que su vida conmigo iba a ser emocionante. Que no iba a ser tranquila. Ella siempre me dice: '¡Ten cuidado con lo que dices! ¡Dí si o no! ¡No metas la pata! ¡Reduce, reduce€!' Pero, al final, uno es como es. Hablas con el corazón y puedes meter, a veces, la pata. Y se interpretan mal las cosas por la gente interesada.

Y eso que llevo unos años en que me voy conteniendo. Antes era más como Eder, antes era más impulsivo. Los años te van dando ese poso. Aunque a mí me encanta ir con gente joven, como Fran Soto, con Pasqua, con Eder Sarabia, un chaval de 39 años€ Esta gente viene con ideas renovadas. Los que tenemos más años tendemos a hacer lo que nos ha ido bien. Y no cambias. Pero no debe ser así. Tienes que renovarte, tienes que aprender cosas nuevas para aportar otra mirada. Así te ayuda a ser cada día un poco mejor. Todo el mundo se va renovando. Si no lo haces, te quedas atrás. Si no te pones a ese nivel, te vas a quedar estancado. Esa mentalidad deberían tenerla los jugadores.

Esa ha sido siempre mi idea de la vida. No hay que quejarse nunca. Hay que levantarse y adaptarte a las circunstancias. No hay otra. Toda mi vida ha sido caerse y levantarse. Con 21 años me partí la tibia y el peronés y a la temporada siguiente la rodilla. En aquella época, era el final. Pero salí. Te acostumbras a superar dificultades. Llega un momento en que hay gente que está mucho peor que tú. La vida te da cada día muchas lecciones. Te estás quejando de algo y resulta que el vecino de al lado está peor que tú. Mi futuro siempre depende de 10 centímetros"