El francés Zinedine Zidane no hizo experimentos contra el Barcelona. Su 4-4-2 que tanto rédito le dio en las grandes citas en su primera etapa en el banquillo blanco con Isco Alarcón recuperado de nuevo para la causa, siempre importante para él. Hasta Marcelo, que muchos daban como suplente por la buena temporada de Mendy, se coló en el once.

Las dudas acerca del técnico galo arreciaron tras la derrota contra el Manchester City (1-2) en octavos de final de la Liga de Campeones y con la eliminación en cuartos de Copa del Rey frente a la Real Sociedad (3-4). Dos partidos en los que se le acusó de hacer demasiadas probaturas, y ante los azulgrana volvió a las raíces.

Introdujo cuatro centrocampistas. Casemiro de destructor rindiendo a su mejor nivel, Kroos llevando la batuta, Valverde entregándose en cada balón e Isco como hombre libre. El malagueño lideró los mejores minutos del Madrid en la segunda mitad. Un gran disparo suyo a la escuadra del palo izquierdo de Ter Stegen en el minuto 55 y un cabezazo en el minuto 60 obligaron a lucirse, otra vez, al portero.

El malagueño siempre acababa siendo clave para 'Zizou' cuando se encaraba la parte crucial de la temporada en su anterior etapa y en esta no está siendo menos. El francés es un maestro en recuperar a jugadores para la causa y también lo hizo con Marcelo en uno de sus peores momentos en cuanto a rendimiento desde que llegase al Madrid en 2006.

Ferland Mendy le había ganado la partida por su rendimiento defensivo, cuando en Francia destacó por su vocación ofensiva, pero el entrenador madridista apostó por la experiencia y creatividad de un Marcelo curtido en muchos Clásicos trascendentales como el que se disputó este domingo en el Bernabéu.

Y Marcelo salvó. Con el 1-0 reciente en el luminoso, Messi encaraba a Courtois y el público madridista contuvo la respiración hasta que el brasileño, con un esprint y una entrada abajo vigorosa alejó cualquier peligro. Miró a la grada y lo celebró con rabia. Dio la razón a Zidane y a sí mismo.

Hasta los cambios recordaron a ese Madrid que ganaba poco a poco a sus rivales, a veces incluso pareciendo que sin brillo; pero ganaba. Modric para sostener al equipo cuando faltaba poco menos de media hora y Lucas Vázquez en el m.85 entraron, no como revulsivos, sino como trabajadores realizando ayudas constantes. El resultado era oro para un Madrid que recuperó el liderato y para un Zidane que volvió a la idea original y, en tan solo cuatro días, volvió a imponerse.

Tanto es así que su controvertida decisión de dejar al serbio Luka Jovic fuera de la convocatoria para meter al hispano-dominicano Mariano Díaz le funcionó. El delantero debutó en LaLigaSantander y solo tardó un minuto en ver portería, haciendo el 2-0 definitivo.