El Coruxo superó con nota el examen que ayer se le presentaba ante un líder de la competición que dio por bueno el empate que reflejaba el marcador de O Vao.

Fue un partido con dos partes muy diferentes. Una primera en la que el Atlético Baleares llevó el peso del encuentro, teniendo más posesión de balón, pero sin crear excesivo peligro ante la portería de Alberto, puesto que la defensa viguesa estaba bien colocada y no dejaba huecos por los que el rival creara peligro.

Esta situación provocó que el juego se desarrollara sin excesivos alicientes para los aficionados que ayer, en buen número, se dieron cita en el campo de O Vao. Tal y como se estaba desarrollando el encuentro, todo apuntaba a un empate o a una victoria mínima de alguno de los dos equipos en una jugada a balón parado, ya que lo que es generar juego era más bien escaso.

Aunque el juego no despertaba el interés de los aficionados, poco a poco el Coruxo se fue metiendo más en el partido, y en los últimos cinco minutos dispuso de dos claras ocasiones para romper la igualdad inicial. La primer de ellas fue para El Ouatani, con un disparo con mucha intención que obligó a Xavi Ginard a estirarse para evitar el tanto. Poco después, el balón se paseó por delante del guardameta mallorquín, sin que el propio El Ouatani ni Añón llegaran para rematar con la portería vacía.

Tras el paso por el vestuario, el guión del encuentro cambió de forma radical. El Coruxo asumió el mando del partido de forma mucho más clara. El Atlético Baleares reculó ante la presión de los vigueses, que comenzaron a llegar con peligro, pero como en esto del fútbol no hay lógica, en la primera llegada del cuadro mallorquín un mal despeje deja el balón muerto en el área pequeña, para que llegando desde atrás Gabarre empujara el balón al fondo de las mallas. Mucho premio para el Atlético Baleares, pero ya se sabe que lo que mandan son los goles, y la experiencia del líder jugó un papel muy importante.

Si algo importante tiene este Coruxo, es que no se viene abajo ni cuando encaja un gol, y tal y como comenzó tras el paso por el vestuario, retomó el mando del partido. En su primera llegada, Mateo recibe el balón y Peris lo derriba, a pesar de que a su entrenador le jura y perjura que no tocó a Mateo. Diego Silva fue el encargado de lanzar la pena máxima, y cuatro minutos después del tanto del Atlético Baleares, llegaba la igualada de los vigueses. Comenzaba un partido nuevo y totalmente diferente.

Michel Alonso reforzó el centro del campo y la punta de ataque para buscar un nuevo tanto que le diera la vuelta al marcador, mientras que el Atlético Baleares parecía conformarse, sobre todo una vez que conocía la victoria del Racing de Ferrol sobre el Ibiza, su rival directo en la clasificación. Manix Mandiola, su técnico, movió el banquillo pensando más en mantener ese punto que luchar por dos más, lo que le dio pie al equipo vigués para llegar al área. El Ouatani volvió a disponer de una gran ocasión, a quince minutos para la conclusión del encuentro, pero su disparo salió fuera. Poco a poco el partido moría sin que llegara el tanto de la victoria, pero no cabe duda de que el empate también dejaba un buen sabor de boca, ya que no podíamos olvidar que era ante un líder que tiene diecisiete puntos de ventaja sobre el quinto clasificado, el equipo que marca el corte en la lucha por clasificarse para la fase de ascenso.

Lo pero fue la lesión en la mano de Antón, pues no podemos olvidar que una temporada más se ha reinventado como lateral para ocupar una de las demarcaciones en donde el Coruxo tiene muchas carencias.