El Deportivo pasará dentro de un mes a estar controlado por Abanca que ha decidido convertir 35 millones de la deuda que el club mantiene con ellos en acciones. Esta operación, que se llevará a cabo en la próxima ampliación de capital que convocará el Deportivo y que deberá aprobar la asamblea de accionistas del 17 de marzo, convertirá a los coruñeses en el primer club español que estará en manos de un entidad financiera. Abanca se convertirá en su mayor accionista y al mismo tiempo seguirá siendo su principal acreedor. Una situación paradójica pero que despejará por completo el futuro económico del Deportivo que hasta hace muy poco estaba en entredicho.
Por tercera vez Abanca acude al rescate del club coruñés. Lo hizo en 2017 cuando asumió la deuda que el club tenía con Hacienda a través de un crédito que el Deportivo utilizó para saldar sus compromiso con el fisco y convertir al banco en su principal acreedor. En vez de deberle a Hacienda pasó a deberle a Abanca que flexibilizó pagos y suavizó las exigencias, algo que la Agencia Tributaria no hace con los clubes adeudados.
Hace dos meses Abanca decidió solucionar el aterrador panorama deportivo del club en Segunda División. Le dio un préstamo participativo de cinco millones para, según la entidad deportivista, "asegurar su supervivencia económica y deportiva", ya que le permitió incrementar el tope salarial y poder fichar en el mercado de enero. Aquello mejoró el equipo (lo que se ha visto en los resultados) y le proporcionó una estabilidad que hasta ese momento no tenía porque los augurios eran cada vez más negros.
Y ahora, con este nuevo movimiento, Abanca asegura el futuro del Deportivo por mucho tiempo. La entidad capitalizará otros 30 millones de euros en el Deportivo -además de los cinco a los que se comprometió el mes pasado con el préstamo participativo-, en el caso de que los accionistas del club coruñés lo aprueben en la asamblea que ha sido convocada por el consejo de administración el próximo 17 de marzo. Allí los accionistas del club darán el visto bueno a la ampliación de capital de 5 millones (que corresponden al préstamo participativo de enero) y a la conversión en acciones de 30 millones de euros de los 42,75 que le debe el club del crédito de 45 que le concedió en 2017 para abonar la deuda de privilegio especial que tenía contraída con Hacienda.
Posteriormente, los accionistas valorarán si aceptan la ampliación de capital a la que todos ellos tendrán acceso por un importe de 35 millones de euros, la misma cantidad que desembolsará Abanca.
El club entiende que da así la oportunidad a los dueños actuales para tener un porcentaje del club similar al que controlará la entidad financiera, que, en todo caso, se convertirá en máximo accionista. La duda es el porcentaje del Deportivo que pertenecerá a la entidad financiera porque eso dependerá del éxito de la ampliación del capital. Como mínimo tendrá un 44% aunque esta cifra podría llegar al 78%. De cualquier modo, el club estará en manos del banco, un caso inédito actualmente en España donde hay clubes en manos de empresarios o de grupos extranjeros, pero nunca de una entidad financiera.
Con estos movimientos de capital, el club mejorará su salud económica (tiene un patrimonio neto negativo de unos 72 millones de euros), podrá dedicar una parte importante de esa cifra a la confección de la plantilla, ya que incrementará el tope salarial que fija LaLiga, y concentrará la acciones que hasta ahora estaban muy repartidas, ya que hasta 2007 nadie podía reunir más del uno por cien. El futuro del Deportivo vuelve a despejarse por completo y el club ya puede afrontar su futuro con la atención puesta en lo que sucede en el campo.
El interés de Abanca pasará por tener al equipo en Primera cuanto antes para que esta inversión cobre aún más sentido y tomar más decisiones. Una de ellas podría ser la de buscar un inversor que quiera hacerse cargo del club cuando esté plenamente saneado.
