Betis y Barcelona se citan en el Benito Villamarín en un duelo con tintes de reválida y de urgencias por los objetivos de ambos técnicos. Rubi en el lado bético para acercarse a Europa, y Quique Setién, que vuelve a la que fue su casa, en el culé para resarcirse del fracaso copero y aferrarse a la Liga.

El partido, antes de empezar, tiene el nombre propio de Setién en su regreso a Heliópolis, donde entrenó las dos últimas temporadas y dejó su estela y una marcada división de opiniones en la afición bética, con tantos partidarios como detractores. Setién no escondió que será un duelo especial para él: "Allí pasé dos años maravillosos y crecí tanto profesional como personalmente. Hay mucha gente que puede pensar que los últimos meses fueron duros, pero eso está olvidado. Solo me acuerdo de lo feliz que fui durante esos dos años, de los amigos que dejé y de los éxitos que tuvimos en momentos puntuales y de lo valientes y atrevidos que fuimos".

El entrenador ha descrito como "obvio" que su línea ofensiva necesite "que venga alguien", para mitigar las ausencias de Suárez y Dembélé. "Si es posible, que sea un jugador todo lo versátil que pueda darse. Lo que pasa es que no es fácil porque ahora mismo el mercado está como está. Primero nos tienen que autorizar para que esto pueda pasar", ha comentado.