Anxo Martínez estuvo en el estadio de La Cartuja aquel triste 30 de junio de 2001 como parte del ejército celtista que invadió Sevillaaquel triste 30 de junio de 2001 como parte del ejército celtista que invadió Sevilla con motivo de la final de Copa ante el Zaragoza. Es curioso las vueltas que a veces da la vida. Este socio del Celta desde hace más de veinte años está ahora a dos partidos de regresar al estadio sevillano como integrante de ese cuento de hadas que viene protagonizando el Mirandés en este torneo.Verdugos del Celta, del Sevilla y del Villarreal, los burgaleses protagonizarán una de las semifinales ante la Real Sociedad. La ida, dentro de unos días en Anoeta y la vuelta en ese Anduva que sueña con tragarse otro equipo de Primera.

El vigués Anxo Martínez es desde hace año y medio preparador de porteros del Mirandés. Fue el único miembro del cuerpo técnico que sobrevivió al cambio que se produjo hace unos meses tras lograr el ascenso a Segunda División. Se ha integrado perfectamente en el grupo de trabajo de Andoni Iraola y a su lado está disfrutando en la Copa del Rey de una aventura que le cuesta describir: "Te lo vas creyendo poco a poco. Eliminas al Celta y piensas en el siguiente. Llega el partido con el Sevilla y todo te sale bien. Y vuelves a pensar en que también puedes con el siguiente. Y ahora en semifinales...pues te preguntas ¿y por qué no? Te lo acabas de creer y nos vemos preparados para cualquier cosa, para todo".

Admite Anxo Martínez que "ahora todo se vuelve un poco más complicado porque al jugarse ida y vuelta es evidente que aumenta la dificultad. La Real Sociedad es la gran favorita, pero pensamos en que cualquier cosa es posible, ya lo hemos demostrado y vamos a intentarlo". El preparador de porteros continúa su argumentación: "la Real Sociedad es un equipazo que viene de dar una lección en el campo del Real Madrid. Está haciendo un fútbol espectacular y es una maravilla verles. Pero nos sentimos preparados". Y con la voz baja admite una pequeño confesión y es que de sus tres posibles rivales en semifinales (Real, Athletic y Granada) el vestuario del Mirandés cree que los donostiarras tienen el estilo más idóneo para ellos: "Lo que queríamos sobre todo era el partido de ida en casa. Lo preferíamos. Pero te confiese que por el estilo de juego creemos que se nos da mejor un rival como la Real Sociedad. Pero es mucho decir a estas alturas porque todos han demostrado ser muy duros y están haciendo un gran torneo de Copa".

Martínez dice que le cuesta describir el ambiente de absoluta euforia que se vive en Miranda y que cuesta bajar a los jugadores de esa nube para afrontar los partidos ligueros del fin de semana: "Es complejo, sí. Yo soy de los que digo que eso de tirar la Copa es absurdo. Porque a veces gracias a ese torneo adquieres dinámicas positivas que te ayudan en la Liga. Es evidente que ahora mismo llegamos algo más cansados a los partidos del fin de semana por el desgaste de la Copa, pero aunque no ganamos como hace un par de meses sí es cierto que estamos aguantando el tirón ante equipos muy difíciles. Y creo que la Copa también tiene mucho que ver en esa respuesta que está dando el equipo en momentos en que se siente cansado".

También tiene claro el vigués que en medio del subidón que les está proporcionando la Copa "debemos estar preparados por si llega el bajón. Ojalá esto dure aún y podamos llegar a la final, pero también hay que asumir lo que puede pasar para que no suponga un palo difícil de asumir. Nunca será una decepción después de todo lo que estamos haciendo, pero hay que prepararse para todo".

Anxo, que reconoce haberse sentido "raro" en la eliminatoria ante el Celta, piensa en La Cartuja (escenario de la final) e inevitablemente su memoria se marcha a 2001, año en el que acudió a Sevilla como aficionado del equipo vigués, convencido de que por primera vez vería a su equipo levantar un trofeo: "Te confieso que es de las pocas veces que he llorado por culpa del fútbol". El fútbol tal vez le devuelva en un par de meses a ese mismo escenario. Para ello el Mirandés deberá escribir un episodio más de su inmenso "milagro".