El Mallorca, aunque pudiese soñar con la tranquilidad que disfrutan Osasuna y Granada, podía suponerse en la batalla de la permanencia hasta el final. Vicente Moreno, artífice del doble ascenso consecutivo desde Segunda B, conserva entre la afición el prestigio de esa hazaña. Pero no reina la concordia en el club balear. Moreno se mostró crítico con la confección de la plantilla. Febas y Kubo, de catorce incorporaciones, son los únicos a los que el entorno aprueba. En invierno han llegado Pozo y Koutris, cuya cesión cuesta medio millón. La relación entre Moreno y Maheta Molango, el representante de los propietarios americanos del club, se ha deteriorado. El Mallorca se aferra a su buen rendimiento en casa (17 de sus 18 puntos; solo logró empatar en Vigo).