Real Madrid y Atlético de Madrid protagonizan un derbi de rachas opuestas, con los de Zinedine Zidane lanzados en su mejor momento en años, con una racha de 20 partidos sin perder y fiables como equipo, ante la necesidad del conjunto de Diego Simeone, en el momento más irregular de su larga etapa y después de reincorporar al equipo a Carrasco.

Asoma por el Bernabéu, terreno de continuas conquistas de Simeone en el pasado reciente, el cuarto derbi madrileño del curso. Dos de ellos dejaron heridas. Las de pretemporada para un Real Madrid vapuleado en Estados Unidos por un rival que le endosó siete goles. Más recientes las rojiblancas, por perder una nueva final ante el mismo rival en la tanda de penaltis de la Supercopa de España. Entre medias un empate a nada en el Wanda Metropolitano.

La conquista de la Supercopa de España, el liderato de la Liga y su paso firme en la Copa del Rey de las sorpresas, mientras tacha días para su duelo europeo frente al City de Guardiola, relanzan las ilusiones del Real Madrid, que encara un partido con el irrefrenable deseo de hundir al vecino. El descarte de jugadores como Rodrygo y Bale, por decisión técnica resta fuerza a la opción de jugar con tridente.

El Atlético ha agotado su margen de error. A diez puntos del liderato del Madrid, a siete del Barça y fuera de las posiciones de la Liga de Campeones, no hay más opciones para recuperar la creencia de competir por la Liga que una victoria en el Bernabéu, donde está invicto en sus últimas seis visitas en el campeonato. No estarán seguro en la cita ni Joao Félix ni Diego Costa ni José María Giménez ni Santiago Arias. Tampoco probablemente Koke Resurrección ni Trippier.