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esgrima - Florete

La estocada más certera de Mariño

La viguesa, que se ha mudado a Roma, ha logrado su mejor resultado en una Copa del Mundo en Katowice

La estocada más certera de Mariño

La decimoquinta posición lograda en Katowice (Polonia) es el mejor puesto que ha logrado la floretista viguesa María Mariño en una prueba de la Copa del Mundo. La integrante del Club de Esgrima de Vigo El Olivo fue de más a menos en una competición que la deja más que satisfecha y que alimenta sus esperanzas de luchar por un billete para los Juegos Olímpicos de Tokio de este verano.

Este gran resultado en Katowice, donde además firmó un decimotercer puesto en la competición por equipos, llega tras su reciente mudanza a Roma, donde entrena en el grupo del reputado entrenador Luca Simoncelli, al que conoció a través de su pareja, Carlos Llavador, considerado el mejor floretista español.

La viguesa venció en la T64 a la estadounidense Iman Blow por 15-13; en la T32 se impuso a la japonesa Sera Azuma por 15-13 y en la T16 cruzó armas con la también estadounidense Lee Kiefer, a la que no pudo superar. "Estoy muy contenta, tiré muy bien y el resultado fue muy bueno porque nunca me había metido en el tablón de 16 en una Copa del Mundo y siempre te quedas satisfecha cuando consigues dar un pasito más", valora. .

Mariño llevaba tiempo buscando un resultado como éste, aunque las sensaciones de la semana anterior no eran demasiado halagüeñas. "No me estaba encontrando muy bien tirando, pero el deporte es así, que cuando parece que no, de repente, las cosas pasan", indica. "Pero sí que es verdad que en general estaba tirando bien y sabía que podía conseguirlo, pero ya digo que justo en esta competición no me lo esperaba por las sensaciones de la semana anterior".

Nada más iniciar la competición fue recuperando las buenas sensaciones. "El primer día, durante la fase de poules, no me encontraba del todo bien, pero fui capaz de ir sobreponiéndome y de, por lo menos, ser efectiva. Luego cada vez me fui encontrando mejor y ya el sábado estaba tirando muy bien", rememora. "Los asaltos de eliminación directa que tuve no eran fáciles ninguno, el del viernes, en el tablón previo de 64, con la austriaca Olivia Wohlgemouth, sí sabía que podía ganarlo, pero no me esperaba ganar con tanta solvencia (15-2).

Cuando llegó al tablón principal ya rebosaba confianza. "Muchas veces digo que cuando tienes un buen día y todo fluye es fácil, pero cuando a veces no te terminas de encontrar, no estás a gusto con tu esgrima, cuando no es un día fácil, hay que ponerse el casco de obrero y trabajar el doble. Así que estoy contenta porque poco a poco fui capaz de darle la vuelta a la situación y no perder la paciencia ni las ganas y no ponerse nerviosa".

Así que ya piensa en la siguiente cita internacional, el Grand Prix de Turín, a principios del mes de febrero, a donde llega en el puesto 62 del ranking, tal y como se recoge en la Federación Internacional de Esgrima. "Estoy muy contenta con el trabajo diario que estoy haciendo, estoy entrenando bien, estoy tranquila y disfrutando y la idea es seguir igual. En la competición uno recoge los frutos del trabajo que hace día y a día y yo creo que mis ganas son de seguir trabajando igual para poder obtener resultados de este tipo", valora.

Resultados que valen su peso en oro en un año olímpico como este. "Está complicado ahora mismo, pero seguimos en esa pelea", reconoce. "El sistema de clasificación es muy complejo, si sigo ahora en las competiciones que quedan dando el nivel que he dado en esta última aparecerían las opciones, pero realmente prefiero centrarme en el día a día, no agobiarme y no pensar muy a largo plazo porque al final esto tampoco ayuda, solo da más nervios. Obviamente tengo ganas, estoy en la lucha por esa plaza, pero estoy centrada en mi día a día", insiste.

Pese a todo, reconoce que "es difícil abstraerse" porque "estamos en un año olímpico y es algo que apetece mucho lograr, pero obsesionarme con eso tampoco me va a ayudar. Creo que lo que hay que saber es disfrutar del camino más que únicamente de eso. Intento gestionarlo así".

Antes de competir en Polonia pudo pasar unos días en Vigo antes de regresar a Roma, a donde se ha mudado en septiembre. "Fue una decisión de último momento, pero en Italia la esgrima tiene un gran nivel y me animé a dar el paso de venirme aquí para entrenar al máximo nivel posible con el entrenador Luca Simoncelli", explica.

Su pareja, Carlos Llavador, llevaba en Frascati ya un par de años y a través de él conoció el trabajo del técnico italiano: "Ya había venido muchas veces a hacer concentraciones, conocía el sitio y la verdad es que me apetecía y lo hice". Mariño está muy "contenta" con su decisión: "Me están tratando muy bien. Con Luca estoy trabajando muy a gusto y estoy notando que los cambios van a mejor", analiza la esgrimista. "Llevo desde los 8 años haciendo esgrima y en unos meses no se hace magia, pero sí que al final hay pequeños detalles que te ayudan a corregir cosas, además el nivel de entrenamientos es muy alto, estoy entrenando con campeonas del mundo y olímpicas y el día a día con gente de este nivel te hace coger otro ritmo más alto y supongo que habrá cosas que se notarán ya", dice la viguesa, que continúa con su trabajo como psicóloga. "Estoy haciendo mucha parte de mi trabajo vía online", matiza. "Cuando uno consigue ocupar todo su tiempo con cosas que le gustan es todo más fácil. Dedico muchas horas a entrenar, pero me gusta mucho lo que hago y eso hace que todo sea mucho más fácil".

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