Su objetivo no es nuevo pero sus planteamiento sí. Durante las últimas temporadas Cristóbal Dios ha incluido en su calendario de competición un Ironman. Sin embargo en las tres ocasiones tuvo que abortar su aventura antes de tiempo. En unas ocasiones la saturación del calendario y en otras las lesiones privaron al estradense de dar el salto a una de las modalidades más duras para un triatleta. Ese reto sin embargo siempre lo ha perseguido, tanto que, en la que puede ser su última temporada en la élite, se ha convertido en su gran objetivo.

La temporada 2019 fue dura para el triatleta estradense. Los problemas físicos se unieron a otros personales para colocarlo al borde de la retirada, o al menos de un paso atrás en su carrera deportiva. Finalmente, Cristóbal Dios decidió que su historia merecía un capítulo más con un final a la altura. La batalla que debía poner la guinda debía de ser diferente a las libradas hasta el momento y qué mejor que librarla en una de las competiciones más míticas para un triatleta, el Ironman. En esta ocasión sin embargo y habiendo aprendido de errores pasados, el estradense apostó por buscar uno de los primeros Ironman de la temporada, para evitar problemas de lesiones o de saturación. Finalmente el elegido ha sido el Ironman de Lanzarote, una cita que además se amolda bien a sus buenas cualidades con la bicicleta.

Para afrontar este reto y con el condicionante de los problemas en el tobillo que marcaron el tramo final de la pasada temporada, Cristóbal Dios ha tenido que modificar su plan de trabajo habitual, tanto a nivel físico como mental. "Necesitaba un objetivo que me llamase la atención y que me levantase de la cama todos los días para entrenar", afirma un hombre que acumula ya más de un mes de preparación específica para el Ironman de Lanzarote, una prueba que tendrá lugar en el mes de mayo.

Esos entrenamientos han estado centrados principalmente en la bicicleta por dos motivos. Por un lado está el duro y exigente sector de bici que tiene la cita isleña. Por otro, la necesidad de cuidar al máximo su tobillo en la carrera a pie para no recaer de sus dolencias. "Estoy haciendo un trabajo de bici muy sólido, con más de 600 kilómetros a la semana. Eso lo completo con mucho trabajo de natación. Eso me beneficiará a la hora de bajarme a correr. Sé que a partir de ahí me espera un maratón pero los ritmos son asequibles, así que intentaré llegar a ese momento lo mejor posible", explicó.

Sus largos entrenamientos en bici han llamado incluso la atención a otros triatletas, especialmente después de subir las redes sociales un entreno de siete horas y media en el que acumuló 232 kilómetros. "Parece mucho pero no es para tanto. Hay entrenamientos más cortos pero mucho más duros. La clave está en el ritmo", argumentó.

A nivel mental, Dios reconoce que un Ironman no tiene nada que ver con los retos que ha afrontado hasta ahora. "Este es un deporte diferente. No sé có mo va a reaccionar mi cuerpo después de ocho horas de competición", afirma al tiempo que destaca la importancia de afrontar este reto con la frescura que le da el estar al comienzo de temporada. "La idea era buscar un Ironman en la primera parte del año. Las últimas tres temporadas me salió mal pero este año puede ser el último y no quería que me pasase lo mismo", explicó. "Dentro de la marca Ironman, Lanzarote era el más cercano y el más asequible a nivel económico, así que aposté por él. Además, se me adapta bien porque las condiciones del sector de bici son muy duras, con el condicionante además de que el viento suele endurecer la carrera. Eso siempre me beneficia", manifestó.