Valverde llegó puntual a su cita en la Ciudad Deportiva en su BMW azul y abandonó el lugar a las 14.00 horas con el mismo gesto: serio, aunque educado con los medios que esperaban su salida. Sin declaraciones ni notas públicas al respecto, el cacereño dirigió la que sería su última sesión como entrenador del Barça. El club azulgrana tenía la decisión tomada desde hace días, desde la caída en la Supercopa, concretamente. Bartomeu, presidente culé, ha ordenado un viraje en el rumbo de la nave y Quique Setién será presentado hoy como su recambio.

Para el cántabro, y a falta de confirmación oficial por parte de la entidad azulgrana, es la oportunidad de su carrera en los banquillos para exponer en un escenario magnífico una idea de fútbol a la que se agarra como un dogma. Amante de la doctrina Cruyff, la que ha practicado en plazas tan diversas como Lugo, Las Palmas o el Betis, ha sido el único entre los candidatos que ha dicho sí a la propuesta inmediata del club azulgrana.

La oportunidad le llega a Setién, que estaba sin equipo, después de que las candidaturas de Xavi y Koeman fueran retiradas por los propios interesados. Los dos coincidieron en la respuesta: no ahora; quizás a partir de junio. De ahí que la posición de Setién también se vea algo comprometida: parece que el banquillo del Barça tendrá nuevo integrante la próxima temporada.

La de Setién es la apuesta por la inmediatez. Conocedor del fútbol español, con cierta experiencia (aunque no en clubes de semejante exposición mediática) y, por encima de todas las cosas, defensor a ultranza de una forma de entender el fútbol que Cruyff elevó a mandamiento y que Guardiola, después, perfeccionó. Incluso se ha dicho que el nombramiento cuenta con el beneplácito de los pesos pesados, algo distantes con Valverde en los últimos tiempos, con Messi, más que un futbolista, a la cabeza.

Pero el relevo también supone un golpe a la imagen del Barça. La situación creada en torno a Valverde pone en evidencia las maneras de un club desbordado por la situación. Primero se filtró el encuentro de los representantes azulgranas, Abidal como hombre fuerte, con Xavi. Después, que una propuesta similar fue rechazada por Koeman, seleccionador holandés. También se habría contactado con Pochettino. Incluso con García Pimienta, entrenador del filial. Bartomeu quería tener amarrado un sustituto antes de dar el paso. Aunque ese trámite hiriera a Valverde y dejara al Barça en evidencia.

La imagen queda dañada, criticada incluso por personas representativas del pasado reciente más glorioso. Primero fue Guardiola y ahora Iniesta. "Las formas y cómo se está haciendo todo es un poco feo. Siempre debe haber un respeto al entrenador", expresó el exjugador del Barça. "Son las formas lo que más puede doler, la imagen del entrenador queda muy debilitada", añadió el manchego. "Más allá de que a cada uno nos guste o no el entrenador, la situación no es agradable para nadie", coronó.

Setién asumirá el mando de un equipo que es líder de la Liga (igualado a puntos con el Madrid), que disputará los octavos de final de la Liga de Campeones tras ser primero de grupo y que aún no ha debutado en la Copa del Rey. Mantiene por lo tanto opciones en las tres competiciones, pero eso no ha sido suficiente. El Barcelona, que ya había puesto a funcionar la máquina trituradora,esa que le hizo famoso durante décadas, había tomado la decisión de liquidar al extremeño que se marcha con una imagen profesional impoluta. Él se ha comido muchos de los sapos que correspondían a otros departamentos del club. Nadie le oyó nunca un reproche. Hoy recogerá sus cosas en la ciudad deportiva y cerrará la puerta del Barcelona.