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Un superviviente en el desierto

El porriñés José Calvar disfruta de su primera experiencia en el Dakar, el raid más extremo del mundo, como copiloto del madrileño Juan Manuel Maña

José Calvar posa con el Toyota Land Cruiser con el que participa en este Dakar. // FdV

El Dakar vuelve a ponerse en marcha hoy con la séptima etapa entre Riyahd y Wadi Al Dawasir tras una jornada de descanso que en el caso del porriñés José Calvar, que acude como copiloto del madrileño Juan Manuel Maña, ha servido para arreglar la avería (rotura de embrague) de su Toyota Land Cruiser KDJ 120 para poder continuar hoy con su sueño de alcanzar la meta de Qiddiya el próximo día 17 de enero.

El mecánico José Calvar, natural de Chenlo, siempre quiso correr un Dakar, pero su sueño era hacerlo en moto. "También soy un apasionado del motocross y del enduro y mi idea era venir algún día en moto, pero me surgió esta oportunidad con Juan Manuel Maña y es algo a lo que no pude decir que no porque posiblemente por mis medios no hubiera sido capaz de venir nunca", dice desde Riyadh. Calvar, que habitualmente compite como piloto junto a Eva Costas (dio el salto al Campeonato de España de rallyes de asfalto en 2014 en la Copa Suzuki Swift, ganó la Copa Kobe Motor en 2015, se impuso en 2017 en la Copa Iniciación Recalvi y en 2018 y 2019 corrió el CERA proclamándose campeón de su categoría), participa en esta ocasión como copiloto, gracias también a su maestría con las herramientas. "Conocí a Maña en el Campeonato de España de rallyes en 2014; él competía con su coche y yo con el mío", explica el porriñés. "Él buscaba, además de llevar a alguien conocido, a un superviviente, una persona capaz de navegar, de resolver cualquier problema en mitad del desierto, en la asistencia, donde sea", indica. Y Calvar encajaba a la perfección en el perfi porque compiten en la categoría T2, para vehículos con muy poca preparación y sin asistencia. "Vamos con un Toyota Land Cruiser de serie, con elementos de seguridad y unas suspensiones mejoradas para el desierto", apunta. "No tenemos nada de ayuda externa y somos solo nosotros dos, con los recambios que llevamos en el coche y la herramienta. Nos están transportando una caja con algo más de recambio en un camión, pero nada más", matiza.

Para su debut en el Dakar como copiloto Calvar aprendió los secretos de la navegación con la ayuda del simulador del Dakar en la Play 4, además de apoyarse en los consejos de algunos expertos como su amigo Diego Vallejo, que lleva ya varias ediciones disputadas. Precisamente en este Dakar ha coincidido ya varias veces con los Vallejo y también con los hermanos Burgo. Lo que no notan es la presencia de pilotos de talla mundial como Fernando Alonso, que también debuta este año en el Dakar, o de Carlos Sainz. "Una vez que pasa la primera etapa luego sales por clasificación y estás muy descolgado y no te enteras de la cabeza del rallye, no tengo mucha conciencia de que están aquí", reconoce.

Lo más duro, según el porriñés, es, sin duda, "la cantidad de horas que estamos en el coche, además, al llegar a la meta tenemos que revisar el coche entre nosotros dos, eso quizá sea lo más duro", subraya. "No tenemos ni ayudas ni apoyos, nada. Estamos nosotros dos solos, sin más, dando pena si nos hace falta algo o lo que sea, supervivencia pura y dura", bromea.

Lo que sí le impresiona es la organización de la prueba. "El ambiente es increíble, es más de lo que me esperaba. Una grandeza. Esto está muy bien montado; he corrido muchos rallyes y jamás me encontré con nada parecido, con semejante organización", apunta.

Así que, cumplido el primer sueño de estar en la línea de salida, el reto es "intentar llegar a meta y disfrutar, no tenemos otro objetivo más que ese".

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