El ministerio del Interior ha enviado a unos 400 agentes antidisturbios de Policía Nacional y Guardia Civil a Barcelona para reforzar la seguridad de diferentes puntos de la ciudad con vistas a posibles incidentes "antes, durante y después" del partido de fútbol que juegan el miércoles 18 de diciembre el Fútbol Club Barcelona y el Real Madrid, según ha podido saber 'El Periódico'. Los 400 policías y guardias civiles no participarán del dispositivo específico de seguridad del clásico, que corresponde a los Mossos d'Esquadra. La policía catalana no ha pedido esta vez la colaboración de otras fuerzas de seguridad del Estado.

La mitad de esos agentes de refuerzo, unos doscientos, son policías nacionales integrantes de cuatro grupos de UIPs (Unidades de Intervención Policial) que han salido este lunes hacia Catalunya. Su misión será, según confirmaron fuentes oficiales, reforzar la seguridad en diferentes puntos de Barcelona en previsión de "posibles disturbios" vinculados a las movilizaciones del partido de fútbol.

Puerto y aeropuerto

La otra mitad, unos 200 antidisturbios, son guardias civiles pertenecientes a las unidades UBAS de los Grupos Rurales de Seguridad. Su misión será reforzar la protección de "infraestructuras críticas", como el puerto y el aeropuerto de Barcelona, en previsión de que la tensión y las movilizaciones anunciadas por Tsunami Democràtic puedan trasladarse a esos escenarios. El aeropuerto de El Prat ya fue objeto de una movilización masiva, la primera de Tsunami, tras difundirse en octubre la sentencia del Tribunal Supremo contra los líderes políticos y sociales del procès.

Tsunami Democràtic ha anunciado una movilización previa al partido en cuatro puntos cercanos al Camp Nou a partir de las cuatro de la tarde del miércoles. Posteriormente, los Mossos esperan que protagonicen alguna acción "llamativa" dentro del estadio, pero confían en que el partido de fútbol pueda jugarse. El Barça-Madrid ya fue aplazado en una ocasión, debería haberse jugado el pasado mes de octubre.

Los 400 antidisturbios enviados esta semana a Catalunya formarán parte también del dispositivo de seguridad correspondiente al continuar la alerta antiterrorista nivel 4. En cualquier caso, la cifra de agentes desplegados ahora no alcanza ni la mitad de los que fueron enviados a sofocar las protestas tras la sentencia. Un 80 por ciento de ellos, más de 1.400 policías habían regresado a sus bases ya a finales del mes de noviembre.