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Bigotes contra el cáncer de próstata

Jugadores de Os Ingleses, como Manu Rosal llevan años uniéndose al Movember

Manu Rosal, de Os Ingleses, luce su bigote // Iñaki Abella

Hacer visible la lucha contra el cáncer de próstata o el testicular. Ese es el principal objetivo del movimiento Movember, que ha encontrado, desde hace años, a un buen número de seguidores en el club de rugby de Vilagarcía, Os Ingleses. Uno de estos jugadores es el venezolano Manu Rosal que se unió al movimiento mucho antes de llegar a Vilagarcía y lo hizo tras conocer la historia personal de uno de sus grandes ídolos en la historia de este deporte, el apertura neozelandes Aaron Cruden.

"Comenzó a destacar muy joven en este deporte, pero con 19 años, le diagnosticaron un cáncer de testículos del que acabaría recuperándose", explica Rosal. Ese hecho y el de hacer visible estos tipos de cáncer, al estilo de lo que ocurre con el de mama, fueron las causas que le llevaron a comenzar a practicar el Movember cuando todavía militaba en los Caballeros de Mérida, uno de los mejores clubes de Venezuela, y era internacional por el país latinoamericano.

"Aunque hay mucha gente que se suma, existe mucho desconocimiento sobre como llevar el bigote; para sumarse hay que afeitarse el primer día de noviembre, y durante el resto del mes, retirar la barba dejando tan solo los bigotes", explica. No es el único del equipo que se ha sumado a este movimiento, aunque reconoce que "para las personas que trabajamos de cara al público, muchas veces no resulta fácil sumarse a este tipo de iniciativas, a ello hay que sumar el desconocimiento que a veces rodea a los actos de este tipo, por eso es una pena que la gente no se anime más a colaborar". Rosal se cortará el bigote en los próximos días, aunque se compromete a volver a celebrar el Movember el próximo año, acción que viene realizando una y otra vez desde hace ya seis años.

El Movember no es la única actividad solidaria con la que colabora y se implica el jugador de Os Ingleses.

Orquídeas Negras

Hace tres años, Rosal llegó a Vilagarcía, a donde se trasladó desde Venezuela hastiado de los problemas políticos y económicos que se registran en su país. Lo primero que hizo fue buscar un equipo de rugby, porque "es un deporte que te da muchas cosas, que te enseña a ser humilde, a luchar por el grupo, ..., es un estilo de vida para todo aquel que se dedica a él". Rosal llegó a ser profesional, pero los problemas políticos que asolan Venezuela desde hace años le llevaron a dejar la selección de su país.

Sin embargo, no ha roto del todo con Venezuela, ya que colabora con la Fundación Orquideas Negras, una organización formada por jugadores que han pasado por la selección vinotinto y que trata de impulsar este deporte, tanto a nivel nacional como internacional. De hecho, la Fundación organiza muchos encuentros en Europa para dar a conocer a jóvenes talentos del rugby venezolano. Los tres últimos años, Rosal ha disfrutado del deporte que más le gusta y que disfruta practicando en esa gran familia en la que se han convertido Os Ingleses.

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