Situación "surrrealista" la vivida en A Guarda, donde el pasado fin de semana se disputó la tradicional cita de "Vellas Glorias do ciclismo", una "excusa" para que se reunan una vez al año figuras históricas de la bicicleta en una jornada de risas y diversión.
La cita, organizada por el Club Ciclista O Rosal, reunió a más de medio centenar de deportistas, entre los que se encontraban ilustres como Óscar Pereiro o Ezequiel Mosquera. Precisamente fue el de Mos el que en sus redes sociales relató lo que allí sucedió cuando llegaron a la meta. Les estaban esperando miembros de la Agencia Española de Protección de la Salud en el Deporte (AEPSAD), llegado desde Barcelona, para hacerles pasar por un control de sangre y orina.
"He vivido la más vergonzosa experiencia desde que hago deporte", indicaba en el perfil de su cuenta de Twitter. "Como cada año nos juntamos un grupo de amigos exciclistas gallegos de diferentes décadas y hacemos "Las Viejas Glorias", una pachangada pre-cena en bici donde vale todo (...), para echarse unas risas y que el público disfrute", prosigue. "Todo eran risas hasta que se presentaron los miembros de la AEPSAD para una hacer un control antidoping", añade con una mezcla de estupefacción y malestar. "Sí, desde Barcelona para controlar a un grupo de amigos que ni tenemos licencia la gran mayoría ni competimos". En su crítica, Pereiro, ganador del Tour de Francia en 2006, añadía: "Señores de la AEPSAD háganselo mirar y si quieren que les oriente dónde gastar el diniero, aquí me tienen".
Pese a tratarse de una prueba de carácter popular, su condición de federada puso el foco en los agentes antidopaje. Serafín Martínez, primer clasificado en Máster 30 y colaborador con la organización, confiesa que "todo el mundo pensaba que se trataba de una broma". Una broma pesada en este caso. "Incluso hubo gente que se fue pensando que no era de verdad", incide.
"Se hace federada por el tema del seguro, pero no es competitiva, es tipo criterium", matiza. "Pero la excusa realmente es reunirnos una vez al año y la cena de después", relata. Por eso la sorpresa fue mayúscula cuando se enteraron de que tendrían que pasar controles de orina y de sangre. Una situación que el propio Pereiro definía como "surrealista total".
"Han malgastado el dinero", se lamenta el rosaleiro. "Todo el gasto de venir una persona desde Barcelona, otra desde Santiago, el desplazamiento, la manutención, los controles...", suma: "Es una auténtica tontería para una cita que a nivel deportivo no tiene relevancia. Es como si en el fútbol se juntan los veteranos del Celta y del Deportivo para jugar una pachanga por Navidad".
Pese a darse cuenta de la situación al llegar, siguieron adelante con su cometido. Los tres primeros de cada categoría tuvieron que pasar por el control. "Hubo que habilitar a última hora para que se realizaran los controles y poner a diez personas ('chaperón') para acompañar a cada ciclista que tenía que pasar el control. Una serie de cosas que, como es lógico, nadie tenía previstas y hubo que improvisar". "Se malgasta en dinero en cosas que no tienen sentido. Una escuela deportiva lo aprovecharía mucho mejor en lugar de malgastarlo en algo que no vale para nada", concluye.
