El Sevilla ganó en el estadio José Zorrilla con un penalti que obligó a repetir el árbitro y que en primera instancia fue detenido por Jordi Masip, pero, en el segundo lanzamiento, el argentino Éver Banega no perdonó con un gran tiro a una escuadra totalmente imparable.

El Real Valladolid salió con la intención de mantener su condición de invicto en casa y buscó el área visitante desde el primer minuto, pero el Sevilla no se dejó amedrentar y mostró empuje, lo que no solo frenó las ganas de los locales, sino que les concedió el control del esférico.

En el minuto 9, Nolito logró internarse en el área blanquivioleta y, si bien su disparo fue detenido por Masip, el VAR determinó que se cometió penalti sobre el jugador del cuadro andaluz, que se encargó de lanzar Benega. Su disparo fue detenido por Masip.

Pero de nuevo entró el VAR en acción y, al comprobar que el portero del Real Valladolid se había adelantado, el colegiado ordenó repetir el lanzamiento y entonces Benega no falló, con un disparo a una escuadra imposible de detener que significó el 0-1 en el minuto 12.

Ese tanto derivó en un mayor control por parte del Sevilla, que se mostró más compacto en defensa y más organizado en ataque, lo que no solo impedía que los locales se encontraran cómodos en su propio campo, sino que evidenciaba la claridad de ideas del conjunto andaluz.

Tras el descanso, el Sevilla dejó claro su objetivo de amarrar la victoria, pero fue Hervías, en un saque de falta, el que a punto estuvo de anotar para el Real Valladolid.