Cristian Mota aparca la bicicleta. El ciclista de Ponteareas ha descubierto, tras someterse a unas pruebas, que sufre una arritmia. Un diagnóstico que ha sido todo un mazazo y que le ha llevado a tomar la decisión de dejar de competir. El G.D. Supermercados Froiz, por el que acababa de fichar hacía unas semanas tras su paso por el pelotón profesional luso en las filas del Miranda Mortágua, anunciaba el lunes que "Cristian Mota no competirá en 2020 por problemas de salud que le obligan a dejar la bici", confirmando que el pelotón se queda sin una de sus perlas más valiosas.

"Es una arritmia pequeña, que no es grave, pero he decidido dejarlo. La cabeza, después de todo lo que ha pasado este año, también ha dicho basta", confirmaba emocionado Mota. El ponteareano, que corrió en el Club Ciclista Ponteareas (2012) y en el Escolas de Ciclismo Redondela (2013-2014) y que estuvo a las órdenes de Marcos Serrano en 2015 y 2016 en el Rías Baixas, lograba el año pasado dar el salto al pelotón profesional en Portugal, a donde llegaba procedente del Aldro Team y después de proclamarse vencedor de la Volta a Castellò en 2018. Llegó al profesionalismo cargado de ilusión y soñaba con ser el siguiente ciclista gallego en correr un Tour de Francia. Pero fue una temporada complicada para él después de una lesión en el dedo de una mano que le obligó a pasar por el quirófano. Aún así, el equipo luso contó con él para disputar la Volta a Portugal, a la que acudió con una preparación de un mes y veinte días. Consiguió terminarla.

Pero al finalizar la temporada el Miranda le comunicaba que no le iba a renovar su contrato, por lo que decidió 'regresar a casa' y aceptar la propuesta del Super Froiz para correr en categoría élite.

Su cuerpo empezó entonces a emitir señales. "Notaba que me cansaba bastante así que decidí ir al médico", apunta. Los resultados de las pruebas a los que se sometió hicieron que toda su vida diera un vuelco. "No es grave. Me dijeron que podía seguir haciendo deporte, pero después de todo lo que me había pasado me desmotivó un poco más. Ya en casa, hablando con la familia, pues he decidido que lo mejor era aparcar, buscar otras cosas", asume. Aunque su intención es seguir vinculado al deporte y al mundo de la bicicleta, "aunque ya de otra manera".

A los 23 años pone punto y final a una trayectoria corta, pero en la que ha logrado importantes metas, como su presencia en la 'Grandísima', una prueba que no todos los ciclistas tienen el privilegio de disputar. Él pudo completarla en su primer año como profesional. "Me quedo con lo positivo y con todo lo que he logrado en mi trayectoria deportiva", apunta. "Llevo desde los cinco años andando en bicicleta y me quedo con todo lo vivido y con todo lo que he aprendido. La bici no es solo un deporte, te hace madurar como persona y es algo que siempre voy a llevar conmigo".

Baja el telón agradecido al Supermercados Froiz, por el que acababa de fichar, y a Evaristo Portela. "Confiaban en mí y me han apoyado en todo momento. Portela es una de las primeras personas a las que se lo conté y me dijo que las puertas del equipo estaban abiertas por si algún día decido retomar la bicicleta y es algo que le agradezco de verdad", indica.