Marc Márquez (Repsol Honda RC 213 V) poco más o menos que le "quitó la almohada" a Jorge Lorenzo en el minuto final de la primera jornada de entrenamientos libres del Gran Premio de Australia, en el circuito de Philip Island, que dominó el vencedor del pasado año, Maverick Viñales (Yamaha YZR M 1).

Márquez había protagonizado sus dos primeros parciales de la última vuelta en vuelta rápida de la sesión, si bien en el tercero cedió algo de terreno respecto a los más rápidos pero, en cualquier caso, estaba en su mejor vuelta personal, y fue entonces cuando al entrar en la curva once se encontró por el interior a su compañero de equipo rodando mucho más lento. El "toque" entre ambos se hizo inevitable y en el mismo el protector de la maneta del freno delantero de la Repsol Honda de Lorenzo saltó por los aires, mientras Márquez se giraba para mirarlo y, en cierta medida, echarle la bronca por la situación que había forzado al rodar muy despacio en la zona rápida de la trayectoria ideal.

No acabó ahí la situación ya que poco después todos los pilotos pararon en la conocida como zona de salidas, en donde se practica el momento de la misma antes de regresar a sus respectivos talleres y ahí, el primero en llegar fue Marc Márquez, que paró a esperar su momento e instantes más tarde se detuvo a su lado Jorge Lorenzo, a quien miró y, acto seguido, se llevó las dos manos al lateral izquierdo del casco para apercibirle poco más o menos de que estaba dormido. Arrancó y se marchó a su taller.

La polémica o el "rifirrafe" entre ambos está servido, aunque el de Cervera quiso zanjar el tema: "Hemos tenido un pequeño toque, pero ya hemos hablado de lo que ha sucedido". Lorenzo, por su parte, aseguró que "el toque se podía haber evitado por mi parte y por la suya".

"Se pudo evitar, yo dejándole pasar, si hubiera mirado antes atrás y haber ralentizado mucho más mi velocidad, para dejar pasar a Marc y a otros pilotos que tenía atrás; una vez que no miré para atrás, lo que ha sido mi culpa, porque tenía que haberlo hecho, él quería hacer esa vuelta rápida que no había conseguido hasta entonces para entrar en la Q2 y ha ajustado mucho, la verdad, la distancia conmigo", explicó Lorenzo.

"Yo he intentado irme lo más al interior posible. Iba en la línea blanca, ya que en el piano, con la máxima inclinación, te caes. Y no podía hacer otra cosa que estar en esa posición. Él, para perder el menor tiempo posible y hacer menos metros, ha intentado ajustar mucho y nos hemos tocado", dijo el piloto de Repsol.