La central Laura Vázquez (Vigo, 2000) llegó al Deportivo Abanca en la temporada 2017/18, después de pasar por El Olivo, Valladares y Matamá. Con solo 10 años, la defensa central capitaneó al Santa Mariña que ganó el Torneo Real Club Deportivo de categoría benjamín. Ahí empezó su historia con el club de la ciudad herculina, donde la viguesa ha logrado conquistar a la afición local, en parte gracias a la espectacular temporada que está firmando la plantilla blanquiazul, que se mantiene invicta (cinco victorias y un empate), siendo segunda en la tabla, con los mismos puntos (16) que el líder, el FC Barcelona.
La viguesa y Patricia Díaz, ourensana que llegó a A Coruña procedente del Sárdoma, continúan en una plantilla en la que el acento vigués en el ascenso del pasado año lo puso también la portera Ana González (que este año entrena el Orzán de Primera División de la Liga Gallega Femenina).
Inmersas en un clima de reivindicación en la Primera División femenina en el que el colectivo de jugadoras ha anunciado una huelga al no haber alcanzado un acuerdo con la Asociación de Clubes por el convenio colectivo, en el seno de la formación herculina no pueden ocultar su alegría por el gran arranque de temporada que están protagonizando. "Estamos muy contentas por los resultados. Quizá no contábamos con ello, pero partíamos con mucha ilusión y con muchas ganas y sabíamos que queríamos hacerlo lo mejor posible para poder puntuar en cada partido, sin fijarnos en la clasificación ni nada", reconoce.
Solo han cedido un empate en seis jornadas. "La Liga acaba de empezar. Estas jornadas han salido casi de la mejor manera posible y esperamos poder seguir así para poder seguir en lo más alto de la tabla", anhela. El Deportivo, en su primera temporada en la máxima categoría, no parece tener complejos. "Sabíamos muy bien a qué nos íbamos a enfrentar. El año pasado estuvimos preparándonos para esto y la columna vertebral casi del equipo ha continuado y las cosas están saliendo bien", subraya.
Todavía se emociona al recordar el histórico ascenso del Deportivo. "Fue algo muy bonito. Era uno de los objetivos que teníamos y gracias a todo el trabajo y a estar todas juntas logramos lo que queríamos", comenta.
En su tercera temporada ya en la plantilla herculina, nunca pensó que se harían realidad sus sueños de jugar en Primera División: "Yo venía al Deportivo con mucha ilusión, a jugar en un equipo que se había creado el año anterior, y la verdad es que lo que ha hecho el Deportivo en tan pocos años es algo histórico y esperamos que tanto el club como el fútbol femenino siga creciendo".
"El Deportivo apostó fuerte por el fútbol femenino, dio muy buenas sensaciones el primera año y demostró que estaba interesado de verdad en este proyecto y creo que la mitad de las que estamos aquí no nos lo pensamos cuando se nos presentó la oportunidad de venir", indica la viguesa. "Todas nos sentimos deportistas profesionales aquí", dice porque el club pone a su disposición medios que no tenían en otros equipos.
La viguesa trata de ganarse la confianza del técnico semana a semana, ya que la competencia es mucha. "Es una temporada difícil, hay competencia y en cada semana de entrenamiento nos tenemos que ganar el puesto. Hay mucha competitividad y eso hace que se eleve el nivel del equipo", subraya la defensa, que añade que "al principio tuve más minutos, ahora estoy teniendo menos, pero trabajo en cada entrenamiento y trato de aprovechar cada oportunidad que tengo para entrar el fin de semana siguiente en el once".
La plantilla herculina trata de "disfrutar del momento" dulce que viven, una situación que contrasta con la situación que atraviesa el equipo masculino (colista en Segunda División): "Sabemos que están en una situación complicada, pero les apoyamos en cada partido y lo van a sacar adelante".
En cuanto a ellas, "no nos ponemos límites, queremos seguir ganando. Sabemos que hay equipos muy fuertes, pero nosotros tenemos la ilusión de quedar lo más arriba posible para demostrar que somos un equipo fuerte y competitivo".
No se olvida de sus inicios en el Santa Mariña, club al que iba para acompañar a su hermano a sus entrenamientos y en el cual ella inició su trayectoria como futbolista, ni sus pasos por el Valladares o el Matamá. "El fútbol femenino ha cambiado mucho y esperamos que cada vez el fútbol femenino esté en una situación mejor, que es lo que se merece".
En cuanto a sus referentes, sostiene que "siempre fui a los campus de Vero boquete, para mí era una referente y creía que era una jugadora que estaba luchando mucho por el fútbol femenino y gracias a ella el fútbol gallego ha ido a más". En ese sentido, lamenta que el Matamá tuviera que renunciar a jugar en la Segunda División, creada esta temporada. "Es triste que un club que se ha ganado su puesto no pueda cumplir el sueño de jugar en esa categoría", por eso le gustaría que cundiera el ejemplo del Deportivo. "El Celta tendrá sus motivos para no crear un equipo femenino. Sin entrar en esos motivos, todos sabemos que en el momento en el que lo haga el fútbol gallego crecerá".
