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balonmano - Primera Nacional Masculina

En la riqueza y en la pobreza

El Lavadores ha pasado de bordear el ascenso a ser colista tras romper con el patrocinador y reconstruir la plantilla días antes de iniciar la liga

En la riqueza y en la pobreza

"El deporte tiene estos giros. Pienso en ello cada día", confiesa el entrenador del Lavadores, Sergio Carballeira. Su equipo se quedó a dos goles de División de Honor Plata el pasado 19 de mayo. Aquella derrota 26-27 ante Cajasur, aguando la fiesta preparada en Navia, pareció un peaje doloroso pero transitorio hacia la gloria. Carballeira reconstruyó el proyecto en verano, seguro de que el ascenso aguardaba al final del camino. Todo estalló el 13 de septiembre. El club y el patrocinador, Construcciones Castro, se divorciaban. El presupuesto que el Lavadores podía dedicar a su primer equipo masculino quedaba reducido a la octava parte. Carballeira tuvo que inventarse otra plantilla a falta de una semana para iniciar la competición. Hoy el Lavadores es colista en el grupo A de Primera Nacional, con cinco derrotas en otros tantos partidos. Carballeira matiza: "Estamos compitiendo. Ha sido un paso atrás, pero cogeremos carrerilla".

Fue el fichaje de Carballeira como director deportivo y entrenador en la temporada 2016-2017 el que impulsó el florecimiento del Lavadores, sustentado también por un cambio de directiva. El equipo masculino, colista, acabó salvándose con holgura y al año siguiente ya concluyó sexto. La llegada de Construcciones Castro disparó la ambición. El propietario de la empresa, José Manuel Castro Senra, lleva un lustro soñando con un equipo en Honor Plata. Antes había patrocinado a Chapela, Porriño y Octavio. La mezcla de sus jugadores de confianza, encabezados por Fontenla, y el sólido núcleo tejido por Carballeira permitió al Castro Lavadores dominar con mano férrea la liga regular: 27 victorias, 1 empate y solo 2 derrotas ya al final, en plena dosificación de energías.

Después, la fase de ascenso organizada en Navia como un guion cinematográfico de final perfecto. El Concello, que necesita deporte de élite, deslizó su apoyo. El balonmano vigués, privado de un gran referente desde el colapso del Octavio, contuvo el aliento. Pero el Cajasur se negó a ejercer de actor de complemento. El partido concluyó con Castro abroncando al delegado federativo y sollozos sobre la cancha.

Lavadores y Castro decidieron seguir juntos, aunque ya las versiones difieren. Castro se comprometió a continuar pero asegura que con la intención de aportar menos dinero. El Lavadores le entregó un contrato con las condiciones, que mantenía las cifras. Quedó sin firmar pero igual que en el anterior ejercicio, en el que Castro había cumplido lo pactado. Carballeira, confiando en el acuerdo verbal, realizó ocho fichajes. Castro nunca se ha conformado con el papel convencional de patrocinador en sus diferentes experiencias. Siempre ha tenido espíritu intervencionista. El equipo no le gustó en pretemporada. Se quejó de que no le habían consultado las operaciones.

La crisis estalló a escasos días del inicio de temporada. El empresario propuso varias alternativas: pagar un tercio de lo acordado, mantener las cifras pero dejar de pagar cuando se encadenasen dos derrotas o reevaluar el patrocinio en Navidades, según los resultados. "Sus soluciones no garantizaban el pago. Hubo reuniones urgentes con él y también con la plantilla". Los propios jugadores visitaron a Castro para que reconsiderase su postura. "Les dijo que sí y al día siguiente se volvió a desmarcar. Fue cuando rompimos", relata Carballeira. El viernes 13 de septiembre el Lavadores anunciaba la ruptura con Castro, acusándolo de "falta de seriedad". El debut en casa del Calvo Xiria está fijado para el 21.

Finalmente los dirigentes del Lavadores hablaron con sus jugadores. "Nosotros podríamos haber tirado hasta diciembre y luego ver. Pero les dijimos que no íbamos a poder asumir los compromisos. Nos lo agradecieron bastante. Buena parte de ellos estuvieron en otros clubes con impagos, que durante años fueron la tónica habitual. Pero nosotros queríamos hacer las cosas con seriedad", argumenta el entrenador.

La junta directiva calculó qué dinero podía dedicar al equipo sénior masculino: incluso con esfuerzo, "una cantidad irrisoria" en comparación con lo presupuestado antes, apenas la octava parte. "Transmitimos la propuesta a los jugadores. Nuestra mayor preocupación era no dejarlos tirados. Les dimos la carta de libertad. No los atamos ni mediante la licencia ni por contrato. Ayudamos a buscar alguna solución".

La situación de los extranjeros era la más urgente: al brasileño Alexander y al italiano Francesco Aragona, igual que al extremo Miguel Sío, se les encontró acomodo en el OAR Coruña. A Carballeira le quemaba especialmente el caso de Óscar Silva: un canterano con experiencia en Asobal y Honor Plata, que había apostado con fuerza por regresar a casa, rechazando otros intereses. "Era muy importante que encontrase sitio". Finalmente el Acanor Novás, cuya renovación había rechazado, lo cobijó. Frei se ha mudado al recién nacido Reconquista y Pablo García ha fichado por el Seis do Nadal.

Existen damnificados: los porteros Chantada y Edu Alonso siguen sin equipo; Toni Corcera, que iba a reaparecer ("tiene muchísima calidad y le motivaba intentar ascender"), abandona el balonmano.

A Carballeira y sus asistentes, tras controlar la demolición, les quedaba la reedificación, sin apenas tiempo ni dinero, con la Federación Española apretando para que completasen las doce licencias preceptivas. El técnico agradece la respuesta de la "gente de la casa, de los que se han quedado por cariño al club". Siguen en el extremo izquierdo los talentosos Xoel Martínez y Adrián Suárez; el lateral Fabián González ha pospuesto su retirada; se mantiene otro lateral, Felipe Lorenzo; del filial han subido Pablo, Senín, Bruno, Cristóbal y Sergio Pozuelo; Daniel Miró, que iba a centrarse en los estudios, "ha dado un paso al frente". Para la portería han contratado a Anxo Otero, que se había quedado sin ficha en el Seis do Nadal, y al incombustible José Ballesteros, cuarentón, ex de Octavio entre otros.

"Hemos tirado del filial y de la base. Dentro de las posibilidades intentamos fichajes del mayor nivel posible, pero a una semana de empezar la temporada ningún jugador, aunque estuviese interesado, iba a dejar tirado a su equipo. A lo mejor somos más capaces de reforzarnos hacia mitad de temporada con gente que no esté contenta o contando tanto", anticipa Carballeira, que completa sus convocatorias con juveniles.

"Está claro que los objetivos han cambiado. Toca salvar la temporada y conseguir la permanencia. Y es intentarlo sin haberlo planificado durante todo el verano. Tuvimos que empezar a hacer un equipo de cero hace cinco semanas", remarca el técnico. El Lavadores solo perdió con claridad en casa del Xiria (31-18), uno de los favoritos. Ha caído por escaso margen con Ingenio (25-28), Teucro (28-27), Luceros (33-34) y Bueu (30-28). "Estamos siendo bastante competitivos. Seguro que alguna victoria llega pronto, es lo que necesitamos para coger oxígeno y creérnoslo".

"Nos habíamos quedado a la mínima de ascender e íbamos a intentarlo un año más. Ha sido un cambio emocional muy grande y duro. Estamos todavía en ese proceso de adaptación", valora Carballeira. Rescatar al Lavadores de la última posición ya fue su tarea hace tres años. "No es partir de cero. El club ha cambiado muchísimo. Tenemos toda la estructura, todas las herramientas.La directiva funciona bien, genera superávit todos los años. Da pena porque era un proyecto que iba lanzado, acompañado por las magníficas temporadas del equipo femenino y una base que no para de crecer, sobrepasando las doscientas licencias. Yo lo veía muy cerca y hubiera sido bueno para el balonano vigués. Nos hace falta tiempo. Seguiremos trabajando".

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