El Ribadumia se estrelló ayer contra un auténtico muro, el que instaló el Atlético Arnoia ante la portería defendida por Borja, una pared en la que los aurinegros apenas encontraron fisuras, y cuando las hallaron, no consiguieron marcar un gol que les acercaría a la zona noble de la tabla.

El encuentro arrancó con el Ribadumia mandando, pero con un dominio casi estéril, porque todos los acercamientos al área rival finalizaban en sus inmediaciones, donde siempre aparecía una pierna para cortar el balón. El Atlético Arnoia esperaba su ocasión para salir a la contra, algo que conseguiría en la segunda mitad.

Pero antes tuvo que ver como el Ribadumia gozaba de alguna ocasión para marcar, como los disparos de Cerqueiras o de Fran Fandiño que se fueron lamiendo el palo. Los aurinegros eran los dueños del balón, pero seguían sin encontrar espacios. Poco después de reanudarse la contienda, el Atlético Arnoia consiguió su objetivo. Un saque de puerta en largo, un par de errores de la defensa al dejar botar el balón y no encararlo, una veloz carrera por banda que termina en centro al corazón del área y Karim, que tocaba su primer balón tras entrar al campo sustituyendo a Oli, acabó enchufando el balón en la portería que defendía Álex Sánchez. De ahí hasta el final, el Ribadumia lo intentó de todas las formas posibles, pero le faltó la profundidad necesaria para marcar. Las dos líneas defensivas situadas por el Atlético Arnoia ante su área hacían imposible que los aurinegros encontrasen una pequeña fisura. Tan solo la encontraron unos minutos después del tanto, cuando Santi Padín se incorporó al ataque, remontó la línea de fondo y soltó un pase atrás que Cheri no acertó a colocar en el fondo de las mallas.

La derrota deja un poco descolgado al Ribadumia de los puestos de honor en la tabla, una zona de la clasificación a la que se acerca el Atlético Arnoia, convertido en la gran sorpresa de la categoría en esta campaña y el único equipo invito tras nueve jornadas disputadas.