El Barça-Real Madrid se ha convertido en una cuestión de Estado. Así lo manifestó ayer el presidente de la Liga, Javier Tebas. "Es un tema de Estado y nosotros lo que hemos hecho es facilitar al Gobierno esta situación. Creo que es un tema que trasciende el tema deportivo, hay un tema de imagen internacional, de política. Nosotros estamos colaborando con el Gobierno lo máximo posible", expresó Tebas sobre el cambio de fecha del clásico que debería disputarse en Barcelona el próximo sábado 26. El cambio de fecha se da prácticamente por seguro, pero todavía no es oficial. Se baraja el 18 de diciembre. Si bien, Tebas lo rechaza porque ese día se juega la Copa del Rey y propone el 7 de diciembre. Ante esto, el presidente de la patronal sigue apostando por invertir el orden de los partidos. Una medida que el Madrid y el Barcelona ya han rechazado anteriormente. "El menor daño a la competición es cambiar el orden de los partidos", insistió al respecto Tebas.

De jugarse finalmente el 18 de diciembre, como se baraja en la Real Federación Española de Fútbol, los calendarios de los dos equipos se verían extraordinariamente comprimidos en el último mes del año. El Barcelona, en solo dos semanas, jugaría cuatro partidos. Los mismos que el Real Madrid. El conjunto culé se mediría los días 10, 15, 18 y 22 al Inter de Milán en La Liga de Campeones, a la Real Sociedad, al propio Madrid y al Alavés. Antes, el día 5, juega con el Espanyol.

El caso del Real Madrid, aunque con el mismo número de partidos, es algo más acuciante. Jugaría el 9, el 15, el 18 y el 22 contra el Brujas, el Valencia, el Barcelona y el Athletic Club. Esto es así porque, dado el mal arranque de los de Zidane en la Liga de Campeones, el partido contra el Brujas podría ser de máxima urgencia. Por el contrario, tendría un día más que el Barcelona para llegar en el mejor estado posible al clásico en el caso de que finalmente se juegue el 18 de diciembre.