David Gallego dejó de ser entrenador del Espanyol al confirmar la entidad blanquiazul su cese por los malos resultados deportivos, tan sólo tres meses y unos días después de haber llegado al banquillo del primer equipo, y Pablo Machín asume el mando del primer equipo las próximas dos temporadas.

Gallego, que dejó una gran impresión en los cinco partidos que dirigió al primer equipo al término de la temporada 2017/18 --cuando relevó al destituido Quique Sánchez Flores--, no ha podido hacer cuajar su idea de juego ni cumplir con las expectativas creadas. Si por aquel entonces ganó cuatro partidos, incluidas las visitas a Athletic Club o Atlético de Madrid, y empató uno para quedar invicto, en este arranque de temporada, ya con la batuta del mando en su pleno poder, ha acumulado cinco derrotas, dos empates y sólo una victoria en LaLiga Santander.

Unos números que sitúan al RCD Espanyol en penúltima posición y en plazas de descenso. Gallego ha tenido poco tiempo para maniobrar, pero lo cierto es que la última derrota en Mallorca (2-0) ha acabado con el bonus extra que el técnico de Súria pudiera tener.

No obstante, llevó al equipo a la fase de grupos de la Liga Europa, superando en las tres rondas previas al Stjarnan islandés, el Lucerna suizo y el Zorya Luhansk ucraniano. Además, el Espanyol no ha perdido todavía en su estreno europeo, con un empate ante Ferencváros y una victoria a domicilio frente al CSKA Moscú. Unos resultados europeos que no han sido suficientes para tapar el mal arranque en LaLiga Santander, ni el sinsabor provocado en parte de la ahora exigente afición blanquiazul, que no se conforma con haber regresado a Europa y que quiere ver a su equipo avanzar hacia las plazas de prestigio del campeonato doméstico de forma recurrente y habitual.