El Barco conquistó ante el Rápido de Bouzas la cuarta victoria consecutiva, después de un partido que pudo haber dejado resuelto en el primer tiempo pero en el que tuvo que afrontar el postrero gol de Mou, cuando Calabagueiros ya festejaba el triunfo.

La propuesta de Manolo Pérez, segundo curso en el banquillo, cuaja en la localidad valdeorresa. Poco fútbol se había jugado cuando el vasco Íñigo Pisón enganchó una pelota cerca de la frontal y la colocó lejos del alcance del guardameta, un gol muy similar al que Modric le hizo un día antes al Granada. Iban apenas ocho minutos y tres más tarde tuvo de nuevo el gol Pisón, pero esta vez se le marchó por encima del larguero. En pleno acoso local fue Oli el que tomó la banda izquierda y sólo el portero evitó el 2-0, antes que Juanito enviase fuera en el segundo palo.

El Rápido fue otro tras el descanso, apretó más arriba, juntó las líneas y ganó las segundas jugadas. Poco a poco fue metiendo atrás al Barco, que sin embargo se encontró con un regalo con el que no contaba. Se jugaba el minuto 69 cuando un error de los centrales dejó a Juanito solo ante el portero. No falló el andaluz, cuya diana dejó encarriladísimo el partido.

El trabajo parecía hecho, Pérez puso en el campo a Carlos Villar y después a Rubén García con la intención de controlar el juego y taponar cualquier vía por la que el Bouzas pudiese buscar el gol.

Los minutos fueron pasando sin mayores novedades, el Bouzas, uno de los equipos más flojos a domicilio de la categoría, no desistía pero tampoco era capaz de inquietar al guardameta Oviedo. Hasta que ya en los minutos de prolongación, en el 91, Mou aprovechó la falta de tensión ourensana en la marca para acortar distancias. Pero no quedaba tiempo, de hecho los visitantes no volvieron a acercarse por la puerta valdeorresa.

Todo es felicidad en Calabagueiros, poco a poco van abriendo hueco los barquenses. Enfrente, las dudas no se marchan de Bouzas, penúltimo clasificado, el más goleado de la categoría.