El Valladolid sumó un escaso punto, ya que falló un penalti y disfrutó de más ocasiones de gol ante un Atlético de Madrid más defensivo y que además se encontró enfrente a un rival muy bien asentado en su área, y muy serio durante todo el partido.

Los dos equipos salieron bien asentados en el terreno de juego, con mucha organización en el plano defensivo, lo que impidió que se crearan jugadas de peligro ni en el área local ni en la visitante, si bien la iniciativa la llevaron los vallisoletanos con un primer disparo desde la frontal del área de Sandro, a las manos de Oblak.

El Valladolid juntaba sus líneas para impedir que el rival encontrara huecos, sobre todo desde las bandas, y los de Simeone comenzaba a mostrar su frustración ante la falta de creación y de llegada al área blanquivioleta.

En el minuto 32, el colegiado detuvo el juego para analizar un posible penalti de Thomas sobre Sandro y, tras solicitar el VAR, determinó la pena máxima que se encargó de ejecutar el propio Sandro para mandar el esférico tres metros por encima de la portería. Fue un fallo estrepitoso que se convirtió en un varapalo para un alladolid que mereció más, aunque es cierto que tampoco contó con demasiadas opciones para sorprender a Oblak.

Tras la reanudación, el Atlético dejó clara su intención de mostrar más mordiente ofensiva y Lodi lo intentó en dos ocasiones, aunque sus disparos no adquirieron ni la velocidad ni la potencia necesarias para sorprender a Masip, cuyo rostro impidió que el remate de Morata, en el minuto 54, fuera al fondo de la red. Esa iniciativa, lejos de amedrentar a los locales, les dio impulso para buscar más opciones y fue Sandro de nuevo el que a punto estuvo de inaugurar el marcador con un gran disparo cruzado que se marchó, por escasos milímetros, a la izquierda de la portería defendida por Jan Oblak.

Simeone buscó frescura y, en el minuto 71, ya había realizado los tres cambios que supusieron la ruptura de un tridente -tras la salida de Joao Félix y Morata-, que no causó ningún problema a la defensa local, y también Sergio González dio entrada a Waldo y Ünal, para no perder el empuje ofensivo.

Fue Correa el que levantó a los aficionados de sus asientos con un disparo que repelió el poste, en la ocasión más clara de los atléticos en la segunda parte, a falta de nueve minutos para el final, lo que espoleó a su equipo en busca de una victoria en los minutos postreros.

Pero de nuevo fueron los vallisoletanos los que sacaron fuerzas para volver a disfrutar de una buena opción para anotar, en este caso, con Joaquín como protagonista, que no pudo precisar un centro y su remate se fue, lentamente, a la izquierda de la meta rojiblanca.

El empate se daba por bueno, ya que el cuadro rojiblanco cuenta con jugadores más determinantes que en cualquier momento podían hacer daño, pero en los de Pucela quedó esa frustración de no poder llevarse la victoria, por merecimiento y por entrega, con un encuentro muy completo, el mejor de lo que va de temporada, en el que tan solo faltó el gol.