Santi Mina aporta intensidad y espíritu combativo; un fichaje necesario para combinar con la calidad que aportan Rafinha y Denis Suárez. El ariete vigués peleó cada balón, fue el único que se ofreció para el remate dentro del área y el gol premió esa fe inquebrantable. Además, Mina también entiende con claridad las líneas del fútbol ante los micrófonos. Los elogios al talento del equipo debilitan y empiezan a cansarle.

"Ha sido un gol importante que ayuda al equipo a sumar un punto, pero hoy teníamos que ir a por los tres", indica, sin festejar demasiado el primer tanto que anota en esta segunda etapa como céltico. "Hablamos de que tenemos muy buen equipo y eso, pero la realidad es que llevamos seis. Sólo hemos logrado una victoria y hay que seguir mejorando y trabajando".

"El equipo empezó bien, con ambición. Ellos replegaban bien, defensivamente estaban compactos. Al empezar la segunda mitad te marcan, se cierran más y nos costó. Esto no para y la competición no perdona", deja como postrera advertencia.