España se verá las caras mañana viernes con Australia en las semifinales del Mundial de baloncesto, después de que el equipo haya logrado acabar con la racha de la República Checa (82-70), quien abandona la lucha por las medallas como uno de los equipos revelación del campeonato.

El equipo de Sergio Scariolo consigue así un billete directo a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, ya que sólo dos equipos europeos siguen en la lucha por las medallas, después de que Francia haya logrado eliminar a Estados Unidos.

Australia se enfrentará a España en Pekín en este Mundial en el que está siendo una de las selecciones más fuertes. Sigue invicta, al igual que el equipo de Scariolo y que Argentina, que disputará la otra semifinal contra Francia.

Los australianos lograron vencer a precisamente a los galos en la fase de grupos por un ajustado 98-100, por lo que se espera que sean un hueso duro para el equipo español, que ha logrado vencer en las fases previas a equipos fuertes como Serbia o Italia. Los de Andrej Lemanis fueron superiores a los checos, con Patty Mills marcando 24 puntos, 4 rebotes y seis asistencia. Lleva una media de 21,8 puntos en el campeonato.

En Dongguan se confirmó la fragilidad de la selección que Estados Unidos había presentado al torneo. Sin embargo, todo el mundo pensaba que sería Serbia la que destronaría a los americanos y ahora las dos favoritas pelearán por la quinta plaza. La selección de Francia dio la gran sorpresa del Mundial al ganar por 89-79 a la de Estados Unidos.

Su rival fue superior en todo momento, especialmente con dos hombres sensacionales como el pívot Rudy Gobert, que arrolló en el juego interior, y el escolta Evan Fournier, que se encargó de dirigir el ataque. Ambos se combinaron para 43 puntos. El base Nando de Colo también fue decisivo en la recta final, cuando a Estados Unidos se le olvidó anotar después del 76-76.

El legendario entrenador Gregg Popovich no encontró la manera de buscar el mejor rendimiento ofensivo del equipo de Estados Unidos y ante un rival como Francia, que encontró su mejor juego en lo que va del torneo, no hubo ya "milagro" como el que se produjo con Turquía en la fase de grupos.

Estados Unidos, que desde el 2006 no había perdido en Mundial o Juegos, confirmó lo que muchos temían, incluido el propio Popovich: que sin las estrellas de la NBA la selección puede sucumbir ante las mejores de Europa. La derrota cortó una racha de 58 triunfos consecutivos estadounidenses. Su última derrota en un Campeonato del Mundo fue en el de 2006 ante Grecia.