El Coruxo dio un paso al frente cuando el equipo más lo necesitaba. Las dos primeras derrotas del campeonato le ponían la guinda al partido de ayer ante un Racing de Ferrol que siete días antes había borrado del campo al Pontevedra. Sin embargo, el equipo entrenado por Michel Alonso se llevó el encuentro con holgura, mostrando una gran mejoría en el juego, confirmando que la progresión viguesa va por buen camino.

El comienzo del encuentro de ayer ante los ferrolanos fue muy parecido al de hace siete días frente al Inter de Madrid, pero con una salvedad. La presión del equipo a la salida del balón del rival fue mucho más intensa, logrando recuperar numerosos balones que permitieron crear jugadas de peligro. De hecho, el primer gol llega fruto de esa presión, al recuperar Mateo un mal pase de Garrido. Otra cosa fue la finalización del vigués, con una frialdad tremenda al permitirse el lujo incluso de regatear antes de marcar.

El Coruxo logró sacar de quicio al conjunto ferrolano que, posiblemente, no se esperaba un partido como este. Y es que el equipo vigués rompió esa sequía que se había prolongado durante 218 minutos y, para redondear la tarde, dejó su portería a cero, algo tremendamente importante después de la derrota cosechada la semana pasada ante el Inter.

La victoria de ayer del Coruxo, que tuvo que jugar con su segunda equipación ya que los ferrolanos todavía no tienen la suya, va más allá de los tres primeros puntos de la temporada. La sensación es que el equipo va de menos a más. Ayer, la sensación de seguridad defensiva fue clave para hacerse con la primera victoria de la temporada. Otra cosa es que los goles lleguen en mayor o menos medida, ya que aunque muchos digan que no, en este aspecto la suerte juega un papel muy importante.

Los jugadores del Coruxo se sacaron ayer un enorme peso de encima. Acabar con dos derrotas consecutivas, mostrando una mejoría en el juego encuentro a encuentro, invita al optimismo, aunque en un campeonato como este las lesiones van a jugar un papel importante, y ayer el parte no fue excesivamente bueno, ya que Barril abandonó el campo antes de cumplirse la media hora de juego y Mateo hizo lo propio a quince del final.