Gustavo César Veloso hace un balance positivo de su participación en la 81ª Volta a Portugal. Atrás quedan diez días de competición en los que atravesó por una montaña rusa de sensaciones. Portó el amarillo durante varias jornadas, pero una caída en la llegada a Bragança se convirtió en un condicionante demasiado pesado como para poder grabar una nueva muesca en su palmarés de victorias finales en la Grandissima.

No oculta el dorsal 1 del W52-FC Porto que su día más duro fue cuando se produjo la caída. "Fue un momento muy complicado. Me hice bastante daño porque caí a plomo y me fastidié la cabeza del fémur. Fue un golpe muy fuerte y me quedé bastante condicionado en cuanto a fuerza", señala.

Reconoce Veloso que las siguientes etapas se convirtieron en una especie de lucha contra sus rivales, pero también contra sus propias limitaciones, "los dos días siguientes a la caída iba con muchas molestias sobre la bicicleta. Apenas podía hacer fuerza con la pierna izquierda sobre el pedal y tocó sufrir mucho".

Precisamente esa falta de potencia en la pierna izquierda fue la que hizo buenos los ataques de Joni Brandao en su carrera hacia el amarillo. El portugués aprovechó los últimos kilómetros de las etapas siguientes a la caída para ir reduciendo las opciones de Veloso de ganar su tercera Volta a Portugal.

Sin absolutamente ninguna muestra de rencor, el corredor arousano sostiene que "Joni hizo lo que tenia que hacer y mi equipo también. Son cosas que forman parte del juego. Lo mejor de todo es que la victoria se quedó en el equipo y João Rodrigues se mostró como el corredor más fuerte".

Ese hondo sentimiento de equipo es lo que lleva a Gustavo César Veloso a destacar por encima de todo el absoluto dominio del W52-FC Porto nuevamente en la Volta a Portugal, "la victoria de João es una victoria de todos y cada uno de los que formamos esta familia. El equipo ha vuelto a hacer un trabajo enorme en todas las etapas". Incluso destaca el vilagarciano lo realizado en la tercera etapa culminada con el triunfo de su compañero Daniel Mestre, "salió todo a la perfección. Fue una lección de táctica ciclista con un trabajo espectacular de todo el equipo".

Su condición de notable contrarrelojista le concedía a priori opciones de obtener incluso el triunfo final en la clasificación general, pero desde un primer momento el vilagarciano reconocía no tener las mejores sensaciones. "Los dos días siguientes a la caída fueron los más difíciles para mí. Todavía tengo una herida grande e hinchazón en la pierna. Los dolores fueron remitiendo, pero muscularmente había sobrecargado mucho la pierna derecha y no estaba en las mejores condiciones posibles para el último día".

De lo que no quiere ni oír hablar Veloso es de lo referido a que hubiese podido pasar en el caso de no haberse producido el accidente en Bragança, "no me paro ni medio minuto a pensar en eso porque no conduce a nada mirar atrás. Sería especular y eso no conduce a nada. A mí me queda la satisfacción de haberme vaciado encima de la bicicleta hasta el último metro de la Volta".

Además son muchas las lecturas positivas que hace el dos veces campeón de la Volta a Portugal. La más importante es la que se refiere a su vuelta a la primera plana de la clasificación general, "para mí fue muy importante el volver a estar entre los candidatos hasta el último día".

A sus 39 años, lo realizado por Gustavo César Veloso en esta reciente Grandissima adquiere un valor extra. El hecho de que el W52-FC Porto le brindase el número 1 en su maillot también habla a las claras de la importancia que aún ostenta dentro de la dinámica diaria de la escuadra blanquiazul.

Sobre lo que le pueda deparar el futuro, tiene claro que quiere correr al menos un año más en Portugal si bien todavía no sabe con que maillot.