Cuando parecía que España estaba más cerca, volvió a quedarse en la orilla ante la todopoderosa Estados Unidos, que le derrotó otra vez en una final de un Mundial, por 11-6, para llevarse su sexto cetro en esta competición, el tercero de forma consecutiva. El equipo de Miki Oca resistió hasta el descanso (5-3), pero se cayó en el tercer cuarto.